Bicentenario: batallaron como en 1817 a la orilla del puente Picheuta

El RIM 11 recreó ayer el primer combate de las tropas de San Martín. Una multitud acompañó entre aplausos la “actuación” de los efectivos. Mirá el video.

El regimiento de Infantería de Montaña (RIM 11) General Las Heras de Tupungato puso en escena una recreación militar de lo que fue, hace 200 años,  el combate de Picheuta, el primer hecho de armas que tuvo el Ejército Libertador en su Cruce de los Andes.

Lo mismo hará mañana con la batalla de Potrerillos, que se recreará a las 19 en Punta de Vacas.

A pesar del calor, una gran concurrencia (400 personas) presenció el espectáculo montado en la misma zona que hace dos siglos.

En aquel 24 de enero de 1817 una avanzada realista contra una guardia patriota se transformó en el bautismo de fuego del Ejército comandado por el General San Martín.

Ayer, los 70 efectivos del RIM 11, vestidos como realistas y patriotas, representaron el enfrentamiento. Con los trajes históricos y las armas de aquella época, el RIM 11 representó lo que se conoce como la Sorpresa de Picheuta.

El público -hubo mendocinos pero también turistas- que vivió la experiencia sintió y observó cómo fue el combate en esa época.

Antes de las acciones militares, el teniente coronel Claudio Rossini, jefe del RIM 11, explicó cómo se iba a recrear el combate, desplegando sobre la mesa de arena el movimiento de las tropas a escala reducida.

Tal como ocurrió en 1817, en el puesto de Picheuta montaron guardia 13 soldados patriotas, entre paisanos y militares. Fueron sorprendidos y atacados por un piquete de 20 realistas, entre milicianos e infantes. Para la recreación se utilizó munición de fogueo y se realizaron explosiones que dieron más realismo a un acto muy emotivo.

El final del combate, que duró 25 minutos, fue como pasó a  la historia: algunos patriotas cayeron como prisioneros mientras que 7 lograron escapar y volver a Uspallata, donde se encontraron con el general Juan Gregorio de Las Heras para cumplir su misión: informarle si había movimiento de tropas realistas de este lado de la cordillera.

Como explicó a Los Andes Rossini, "es la primera vez en 200 años que se realiza esta recreación. La misión que les encomendó Las Heras en la jerga militar se denomina 'misión de sacrificio'".

Ese espíritu es lo que intentaron mostrar los efectivos, que se pusieron en la piel de aquellos sacrificados patriotas y despertaron emociones en el público, sobre todo en el centenar de integrantes de una asociación sanmartiniana de Rosario que están haciendo el Cruce de los Andes y participaron de esta recreación.

Entre ellos Leonardo Pedrouza, periodista del Canal 4 de Montevideo (Uruguay): “Es fantástico, es mi primer cruce. El paisaje es espectacular y obviamente me acordé de los rugbiers uruguayos. Además, me encanta todo lo relacionado con San Martín”, contó.

Qué pasó esa madrugada

En la fortificación que el general José de San Martín mandó a construir en 1814 en Picheuta para prevenir la inminente invasión realista desde Chile, se hallaba apostada una patrulla del Ejército patriota compuesta por 5 soldados, 8 milicianos y el cabo Contreras, del batallón N° 11.

La elección de ese punto se debe a que desde allí, donde el valle es más angosto, se puede ver todo lo que viene desde el oeste hacia el este.

Todo comenzó cuando Francisco Marcó del Pont, capitán general de Chile, ordenó un reconocimiento sobre la ruta de Uspallata al sargento mayor Miguel Marqueli, comandando una división de 250 hombres.

Con el objetivo de atacar el fortín de Picheuta, Marqueli partió con 50 hombres, 3 oficiales y 2 baqueanos, con quienes se aproximó al lugar durante la madrugada del 23 al 24 de enero de 1817.

“Las valientes tropas patriotas son sorprendidas y al comprobar la superioridad numérica, el cabo Contreras ordena a dos de sus hombres que se dirijan a Uspallata para avisar al general Las Heras, mientras ellos cubrían su retirada”, relató Rossini en el ejercicio de reconstrucción.

Tras el combate cayeron prisioneros el cabo, dos soldados y cinco milicianos, mientras que otros siete  pudieron fugarse aprovechando la oscuridad de la noche. En Chile esto fue visto como una victoria realista, aunque a San Martín le sirvió para comprobar la motivación y el espíritu victorioso de sus tropas.

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