Asaltaron a Ruckauf y el ladrón resultó muerto por un custodio

El ex vicepresidente recibió un golpe en la cabeza. Ocurrió pasado el mediodía en el barrio porteño de Palermo.

Un delincuente fue muerto hoy cuando intentó asaltar al ex vicepresidente Carlos Ruckauf y a su esposa en el barrio porteño de Palermo, luego de que la pareja hiciera un trámite en un banco y regresara a su casa.

Ruckauf recibió un culatazo en la cabeza que le provocó lesiones, pero se encuentra fuera de peligro, y al hablar con los periodistas dijo: "Gracias a Dios no me mataron".

En el mismo lugar, pero hace trece años, un custodio del ex gobernador bonaerense fue asesinado por ladrones.

Ruckauf, de 71 años, fue ministro de Trabajo del gobierno de María Estela Martínez de Perón, ministro y vicepresidente de Carlos Saúl Menem, y gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1999 y 2001, oportunidad en la que sostuvo: "Hay que meter bala a los delincuentes".

El hecho perpetrado hoy se inició poco después de las 13, cuando Ruckauf y su esposa habían ido a hacer un trámite a un banco ubicado en avenida Las Heras y Salguero, en Palermo.

Cuando la pareja regresaba a su casa, en un complejo de dos torres ubicado en Salguero y Las Heras, a una cuadra de la sucursal bancaria, fueron sorprendidos por un delincuente que había llegado junto a un cómplice en una moto. De acuerdo a testigos, el ladrón golpeó en la cabeza a Ruckauf con un culatazo, mientras le arrancó la cartera a la esposa del ex vicepresidente.

El ataque fue advertido por uno de los custodios de Ruckauf, que se encontraba en una camioneta afuera del edificio, y de inmediato intervino.

El custodio dio la voz de alto y disparó contra el delincuente, que murió en el lugar, mientras su cómplice escapó.

Un testigo dijo a la prensa que escuchó "cuatro tiros" y remarcó que "por suerte el custodio tuvo buena precisión", teniendo en cuenta que la hora y el lugar, a metros de dos colegios y un parque.

Ruckauf, en tanto, tuvo un corte profundo en la cabeza como consecuencia del golpe, fue asistido por una ambulancia del SAME y se encontraba en buen estado.

Con una venda en la cabeza antes de ir al sanatorio para hacerse una tomografía, Ruckauf habló con los periodistas que lo esperaban para saber qué le había sucedido: "Tómenlo con calma que el golpeado soy yo".

"Yo estoy bien, está peor mi mujer que está con ataque de nervios. Estábamos entrando al edifico y apareció un joven de atrás que me dice 'dame la plata'. Pensé que era una broma de un amigo, me di vuelta sonriendo, y me pegó un culatazo en la cara. Me empezó a salir sangre, me caigo al piso ya dentro del edifico y le dijo a mi mujer que le diera la cartera o la mataba", sostuvo.

Según manifestó, "por suerte" su esposa "tuvo tranquilidad de darle la cartera", pero allí escuchó la voz de alto de su custodio, que intervino.

El ex vicepresidente aseguró que había ido hasta el banco "a cubrir una tarjeta, no a sacar plata" y comentó: "Esto fue al voleo, esto le puede pasar a cualquier ciudadano de la Argentina, hoy vienen acá porque soy más conocido, pero así actúan estos salvajes".

La Policía analiza las cámaras de seguridad para intentar esclarecer el hecho y detener al cómplice que logró huir.

No es la primera vez que un custodio de Ruckauf debió intervenir en un intento de robo.

En el 2002 Adrián Falduto, de 40 años, perdió la vida cuando esperaba a Ruckauf, entonces canciller, en un bar de Palermo mientras el funcionario visitaba a su hija.

En ese momento un ladrón entró al negocio a robar y el policía, que estaba de traje y desayunando, intentó evitar el asalto.

Fue entonces que el ladrón disparó y el policía respondió con un tiro mortal, sin ver que un segundo ladrón estaba detrás de él: le pegó un tiro en la espalda y, cuando cayó, lo remató con un disparo en la nuca, tras lo cual escapó. Cuando a Ruckauf le comentaron los periodistas la coincidencia de aquel episodio y el de hoy, el ex funcionario aseguró: "No es increíble. Esto es lo que pasa en la Argentina todo los santos días. Gracias a Dios y a la Virgen no me mató, porque si en vez de un golpe me pega un tiro, hoy me están velando, o a mi mujer".

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