Arquitectos cuestionan obra en la Legislatura

Hace 3 años, el anexo de la Legislatura que se encontraba en el ala Este del edificio, cuya fachada lindaba con la Peatonal, fue demolido. La decisión se tomó luego de que especialistas diagnosticaran que se encontraba en riesgo de derrumbe. En aquel momento se proyectó construir en el lugar un auditorio y un renovado sector de servicios (que incluirían la hemeroteca y la biblioteca).

Pero recientemente la vicegobernadora Laura Montero anunció su intención de levantar en el sitio un edificio con 38 oficinas para los senadores que hoy trabajan en otros puntos de la Ciudad. Esta decisión está siendo cuestionada por arquitectos e investigadores del Instituto de Ciencias Humanas Sociales y Ambientales (Incihusa) del CCT Mendoza, quienes en 2013 encabezaron los estudios, relevamientos y planificación del primer proyecto.

"Nos llama la atención cómo se desestima lo que veníamos haciendo. Cuando se interviene en un tema vinculado al patrimonio cultural, es fundamental hacer una revisión con conciencia histórica. Cuando se hizo la demolición, se pensó en un master plan ya que el de la Legislatura es un edificio con mucho valor y envergadura", destacó la arquitecta Marilina Brandi, del grupo Ciudad y Territorio del Incihusa, quien tuvo a su cargo los trabajos que se hicieron en 2013.

Por su parte, el arquitecto y también investigador del CCT, Jorge Ricardo Ponte, sumó sus reparos hacia el flamante proyecto, destacando incluso que la Legislatura no debería mantenerse en su ubicación actual durante muchos años más.

“Yo la mudaría al edificio del Correo Argentino. Está en una ubicación fantástica, con mucha capacidad ociosa y en todo caso sería más económico construir un edificio para el Correo, que no necesariamente tiene que estar en San Martín y Colón”, destacó Ponte, coautor del libro “Tras los pasos perdidos de la Legislatura de Mendoza”, quien destacó que el actual edificio podría permanecer como un centro cultural.

“No existe un proyecto concreto todavía. Tenemos una memoria descriptiva sobre lo que se necesita y la intención de llamar a un concurso público, pero ni siquiera están las características definidas. Obviamente vamos a consultar y a tener en cuenta las opiniones y recomendaciones de los especialistas pero me parece que se están anticipando demasiado con los reclamos” respondió la vicegobernadora Montero, quien defendió la iniciativa destacando que se trata de una solución técnica, económica y patrimonialmente viable y que -tal y como advierten los investigadores- apunta además a disminuir la sobrecarga que tiene hoy la Legislatura.

Construir o mudar

Ponte y Brandi fueron parte del equipo que llevó adelante los estudios solicitados en 2013, cuando coincidieron en que lo mejor era derrumbar el sector en cuestión. La discusión referida al nuevo proyecto, en tanto, se pospuso para más adelante.

Se trata (o trataba) de un sector rectangular de 11 metros de ancho por 40 de largo, que llevaba más de 100 años en pie y que no era parte de la construcción original.

Además, estaba en desuso desde 2003 por falta de habilitación municipal -en 2013 sólo albergaba una sala de la biblioteca, una cocina y un depósito-, mientras que durante varios años allí funcionaron las oficinas de Diputados.

“Cuando se decidió la demolición de ese sector entendimos que el patrimonio no se vería afectado. En aquel momento había un baldío aledaño que se conectaba con este edificio y podría haberse comprado. El plan inicial era hacer un auditorio allí, con una entrada independiente y hasta un pequeño barcito”, manifestó Ponte.

El especialista fue más allá y consideró que es necesario “hacer una Legislatura como Dios manda” y que “no se puede hacer un edificio monstruoso para que entren todos los legisladores”.

“Me parece desacertado que cada uno que llegue quiera empezar de cero. Hay una historia, hay proyectos. Imaginate que Lencinas fue el gran enemigo político de Civit, pero él no vino a destruir el parque que propuso Civit sino que lo amplió y le agregó la rosaleda. ¿Por qué no se puede hacer esto? Uno tiene que demostrar que es capaz de seguir una buena idea que tuvo otro”, acotó el experimentado arquitecto, quien consideró que -de hacerse- el nuevo edificio no debería ser más alto que la actual Casa de las Leyes.

Ponte destacó que espera que se convoque a los especialistas del CCT para lograr un consenso. “Hay que tener en cuenta el impacto. El edificio actual no tiene que ser demolido sino que, cuando no pueda funcionar más como Legislatura, debería convertirse en algo más modesto como un centro cultural o de exposiciones”, acotó.

En cuanto a su propuesta, sintetizó que una posibilidad interesante sería trasladarla al edificio del Correo (“también es patrimonial y el único ejemplo de arquitectura lecorbusiana”) y dejar de lado proyectos faraónicos.

Brandi, por su parte, consideró que el sector donde se demolió no va a soportar el impacto de una nueva y moderna construcción. “Un edificio con oficinas no es apropiado para esa fachada ni para ese sitio. Todo el edificio de la Legislatura está deteriorado por el uso, teniendo en cuenta, por ejemplo, la cantidad de gente que va cada 1 de Mayo y todos los días”, indicó la investigadora.

Del mismo modo, consideró que la Legislatura debería dejar de funcionar en ese lugar en un futuro próximo y destacó que lo que se levante ahora debería funcionar como un soporte del edificio central.

“Cada gestión que ha pasado ha tenido su intención de intervenir. Hay muchos planos, por ejemplo. Pero debería proyectarse algo trascendiendo las gestiones”, siguió Brandi, quien también imagina un centro cultural donde hoy hay oficinas legislativas.

Entre las contraindicaciones al proyecto actual, la arquitecta destacó que una de ellas es urbanística, y resaltó que no es recomendable seguir densificando el microcentro, especialmente en la Peatonal. “Desde lo arquitectónico supone también llevar a muchos trabajadores bajo metros cubiertos. Imagino por ahí otra edificación al lado de la Legislatura”, sintetizó Brandi.