Amigo: tengamos un hijo y nada más

La paternidad o la maternidad ya no aparecen vinculadas a una pareja amorosa. Son nuevas formas de familia que asoman en la contemporaneidad. Una de ellas, es la de dos amigos que deciden ser padres.

Los cambios socioculturales han hecho que postales tradicionales de lo que se consideraba una familiar nuclear (pareja casada con hijos) hayan mutado a configuraciones nuevas, en las que la decisión de tener un hijo se da con opciones diversas.

Una de las alternativas que se ven en la actualidad es la elección mutua de amigos que deciden engendrar un hijo y criarlo de por vida, compartiendo entre ellos sólo un lazo de amistad, sin vivir juntos (por lo general) y sin ningún tipo de unión amorosa o sentimental.

¿Cómo leer estos cambios de la institución nuclear básica de nuestras sociedades, en un mundo que nos desafía alas adaptaciones?

Según la psicopedagoga Mónica Coronado: "la familia tradicional nuclear existe, pero convive con muchas otras estructuras que van emergiendo: por ejemplo papás solos que adoptan niños o que tienen hijos por subrogación de vientre; o tal vez parejas que deciden que su hijo lo dé a luz otra mujer por medio del vientre de alquiler. Esto se emparenta con diversos aspectos entre los cuales se encuentra el hecho de diferir la maternidad por la carrera, el trabajo y porque la expectativa de vida es mucho más larga".

Los años transcurren y, ante la dificultad para formar pareja, el reloj biológico femenino presiona a la toma de decisión de la mujer que desea ser mamá.

“Por ese motivo muchas mujeres se deciden por una maternidad solitaria, pero compartida con un varón que también desea ser papá y al que conocen, quieren y respetan como amigo, pero sin el compromiso que implica una pareja”, cuenta Coronado.

- ¿Qué supone tomar esta decisión por parte de dos amigos?

- Si bien el ideal parecería ser el concebir al hijo en una relación de pareja estable, con  un nivel de compromiso para toda la vida (económico y afectivo), existen otras maneras.

Tal elección basada en valores acordados, una mirada afín sobre la vida y la realidad y el trato amoroso, se viabiliza entre ambos, apoyándose en la estabilidad del vínculo sólo amistoso. Es una decisión personal que implica renuncias, sacrificios y compromisos a futuro, para siempre.

- ¿Cómo vive el niño que sus padres sólo sean amigos?

- Lo que a un chico lo hace sano y feliz es tener padres amorosos, presentes, activos y comprometidos con su vida y crianza, sin importar si entre ellos no hay un vínculo amoroso de pareja.

De hecho muchos niños han sido concebidos por una pareja casada, y luego criados por uno de los padres por diversas razones. Concebir un hijo en pareja no garantiza que el niño será criado para siempre por sus padres.

- ¿Se le explica al chico  que mamá y papá sólo son amigos?

- El niño mientras tenga a sus padres y sepa que fue producto de una decisión ligada al amor por tenerlo, simplemente crece feliz. Ningún pequeño que nace con los padres unidos sentimentalmente tiene esa unión garantizada. Hay que entender que hay diversas configuraciones familiares, no mejores o peores.

- ¿En Mendoza se ve mucho esta tendencia?

- Sí hay varios casos. Hay muchas mujeres que llegan a los 38 - 40 años con un deseo de maternidad tan fuerte que la opción de elegir un amigo es más que considerada por ellas.

Lo analizan con el hombre de su confianza y afecto (puede ser gay o hétero) y así ambos deciden ser papás. Hay casos de parejas homosexuales que quieren ser padres, con amigas con el mismo deseo, y concretan ese sueño.

Entonces el chiquito vive un tiempo con el papá y su pareja, y luego con su mamá. Si hay amor, cuidado, compromiso e involucramiento personal, el niño crece feliz.

Maternidad solitaria

Con la mutación de los esquemas tradicionales de familia, una maternidad diferente emergió sin ligarse a ser consecuencia de unión de pareja.

Según la psicóloga vincular Paula Corso: "la maternidad, en el esquema tradicional, estaba sí o sí ligada a tener una pareja para toda la vida. Se trata de nuevas formas que se están buscando para dar respuesta a la maternidad y a la paternidad, muy diferentes a aquel esquema tradicional, con el que también coexisten.

- El foco en encontrar pareja parece haberse corrido por otras necesidades...

- La búsqueda de pareja amorosa se desliga del hallar a ‘la persona’ para la construcción familiar. En los tiempos modernos hay conciencia de que el vínculo de pareja es algo diferente a la posibilidad de ser mamá o papá.

Una posibilidad que ha dejado de ser consecuencia de la otra. Ya no aparecen ligadas. Hoy los hijos no necesitan ver a los padres juntos para sentir que tienen una mamá y un papá.

- ¿Ese desligarse no implica que se haga más complejo tener pareja?

- Hoy las posibilidades de ser papá o mamá tienen respuestas que antes no tenían. En cambio el lazo de pareja ha tenido un proceso diferente. Las relaciones amorosas tienen complejidades y dificultades por resolver, que quizá la maternidad y paternidad han resuelto más rápido.

Si pensamos porqué cuesta más establecer lazos sentimentales para formar una dupla amorosa, la autonomía de los sujetos es una de las razones que se instala de entrada.

- ¿Por qué?

- Hoy los sujetos de 30 años resuelven su autonomía de manera rápida. No necesitan del otro para solucionarla. Antes en muchos casos las personas solían quedarse en pareja por el simple hecho de no tener a dónde ir.

Entonces la permanencia no estaba vinculada al amor o afecto. Hoy hay más independencia en ese sentido.

Por otro lado, también confabula el encontrar una relación, la presencia de una cultura que también exacerba el individualismo, algo que no contribuye a la estabilidad del vínculo.

Uno de los casos famosos

Agustina Kämpfer y su amigo, el chef Agustín Badaracco. "Con Agustín, fuimos medio noviecitos en la adolescencia pero yo lo considero más mi amigo que mi noviecito porque fue algo fugaz e inocente. A través de todos estos años siempre estuvimos en contacto (él vive en México) y tuvimos muchas parejas... Nos contábamos y compartíamos todo. Tenemos mucho en común. El reencuentro fue a fines de enero cuando volví de la India y él vino a visitar a su familia. Fue entre mágico e inesperado porque hablamos de tener un hijo con mucha madurez, pero sin creer que iba a suceder tan rápidamente. Cuando me enteré de que estaba embarazada y se lo conté, lloramos los dos de emoción.Creo que con Agus ya somos una familia de dos amigos que decidieron tener un hijo juntos, con todo este amor. Yo no necesito que Agus sea el hombre que espero en la vida, ni yo la mujer que él desea, porque sólo nos exigimos ser los mejores papás del mundo. También le dije que la mujer que lo acompañe va a ser bienvenida a esta familia. Y lo mismo va a pasar con el hombre que me acompañe a mí. Él es mi amigo más antiguo", contó Kämpfer a los portales de espectáculos.

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