Amadeo Mansilla: el maestro que enseña con una pelota

Para varios alvearenses fue quien dirigió sus vidas deportivas. Hoy, muchos de los clubes lo reconocen como un referente de sus historias de crecimiento.

Amadeo Mansilla: el maestro que enseña con una pelota
Amadeo Mansilla: el maestro que enseña con una pelota

Amadeo Mansilla nació en 1944. Es oriundo de La Pampa pero Alvearense por adopción. Se convirtió con el trascurso del tiempo en una figura fundamental para entender la evolución del fútbol departamental. Hoy sigue desempeñándose como entrenador de las infantiles y a su vez preside el club de sus amores.

Si el antiguo refrán es cierto cuando dice “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”, se pude afirmar sin miedo a equivocarse que Amadeo Mansilla ocupa un lugar de privilegio en la historia departamental del deporte más popular de todos.

“Cuando yo tenía 17 años empecé con los chicos en el barrio el medanito. Había una canchita y enfrente estaba la carpintería del ruso Rudyk, que era el presidente del club Colón. Un día me dice el ruso: ¿por qué no formas un equipo de baby fútbol? y entonces comencé a juntar chicos. Se armaron tres equipos en Alvear y comenzamos a disputar unos campeonatos tremendos en el medanito”.

De esa manera Amadeo relata sus comienzos alrededor de la pelota y los chicos, dos pilares que marcarían su futuro y el de muchas generaciones del suelo sureño.

Para convertirse en una maestro,  Amadeo Mansilla hizo las veces de discípulo. “El ruso Rudyk fue para mí un padre, cuando yo jugaba en la primera él me compró los botines y fue quien me encaminó en mi trabajo con los pibes. También aprendí mucho del profesor Osvaldo Martínez que lo tuve de compañero en la escuela técnica y él me iba diciendo como mejorar mi trabajo”.

Los atributos para convertirse en un gran DT se manifestaron en un Amadeo muy joven que además de jugar al fútbol lo entendía. “Yo jugaba en la sexta división y lo hacía con los chicos que estaba dirigiendo. Ya era director técnico dentro de la cancha”, relata mirando hacia arriba como evocando las imágenes de aquel pasado pero inmediatamente se vuelven palabras que recuerdan una etapa gloriosa.

“En Colón una vez que nos armamos tuvimos las inferiores más fuertes, nadie nos ganaba. Estuvimos 6 años seguidos con una quinta división ganando campeonatos. Estaban el ruso Mosiuk, Darío Martínez, Gerardo Perotto, Julián Hoop. “Un equipo de nosotros. Ganamos todo”, dice sonriente.

“Otro equipo que recuerdo era con el cabezón Velasco, el Pocho Villegas, el Cufi Lara. He tenido unos grupos que le han dado al club y a mí muchas satisfacciones. En Mendoza (la Capital provincial)  íbamos a un campeonato denominado Fifí; venían equipos de toda Sudamérica y le hemos hecho parar las patas a muchos peruanos, brasileños, de eso no me lo voy a olvidar nunca”.

Si bien "El Amadeo", como le dicen los chicos, es hincha confeso del Club Atlético Colón, su tarea profesional lo ha llevado a dirigir camisetas de los más diversos colores. “Estuve con Colón 33 años; después me fui a Andes, donde pasé muy lindos momentos; luego 10 de Setiembre; Ferro; también me tocó dirigir la Marzolina cuando era potencia”, asegura mientras repasa su vasta trayectoria.

Adrián Barbini es hoy en día un amigo íntimo del mejor jugador de mundo, Lionel Messi. Muchos años atrás Amadeo Mansilla fue el responsable de llevar al “Facha Barbini” a un viaje que lo marcaría para siempre y que después de largos derroteros lo llevaría hasta la casa del astro rosarino.

Amadeo se ríe antes de contar la anécdota, que no tiene desperdicio, y entonces comienza a narrar: "El otro día vino a mi casa Adrián Barbini y nos acordábamos cuando lo llevé a probar a Independiente y terminó saliendo modelo.

Estábamos en Avellaneda, en Villa Domínico. Fuimos con jugadores de Colón que llevé a probar; nos acostamos a dormir cada uno en su pieza. Me levanté a las siete y fui a despertarlos para desayunar porque venía Pepe Santoro a tomarnos otra prueba. Vamos a la pieza de Adrián y no estaba; se había ido a un desfile de Giordano y lo vieron con esas mechas largas.

Como a los 15 días se le escapó al padre y ahí lo tenés: se fue de modelo y está con Messi. Sin embargo, es un chico que no se olvida de sus raíces; llega a Alvear y al primero que viene a ver es mí”. Y como ésta, tiene cientos de historias ligadas a jóvenes alvearenses que pasaron por el fútbol y hoy son “excelentes profesionales en lo que hagan”, dice orgulloso.

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