Alessandra Ambrosio contó cómo es la dieta a la que la somete Victoria's Secret

La modelo comentó que tras el nacimiento de sus hijos tuvo que recuperar su figura en menos de tres meses. Su dieta (de 1.200 calorías).

Hace poco se desató la polémica. La modelo Erin Heatherton se fue de Victoria's Secret porque no estuvo de acuerdo con la dieta a la que querían someterla. Ahora Alessandra Ambrosio, ángel de esta marca hace años, relató cómo son sus rutinas. Esta modelo es además mamá de Anja y Noah. Ella aseguró que entrena siempre, aún cuando llueve a cántaros.

En la revista "The edit" de Net-a-porter relató: "Creo que tengo mejor cuerpo ahora que antes de tener a mis hijos. No es sólo porque lo trabajo mucho, cosa que antes no hacía, sino también porque ahora está más formado y eso me gusta. No se trata de poseer un físico de Barbie, se trata de tener las curvas correctas, sean del tamaño o proporciones que sean".

Cuando sus hijos nacieron tuvo que recuperarse en tiempo record. "Después de Anja, sólo tenía tres meses para perder peso antes del show de 2008 y tuve que volver al programa de 1.200 calorías que tanto odio. Todo gira en torno a la moderación y variar un poco cada día. Obviamente, trato de no excederme con la pasta, pero si estoy en Brasil, donde todo es pasta y pan delicioso, pues obviamente como. Cuando regreso a Los Angeles, lo compenso con ensaladas de pollo y pescado con verduras", comentó.

Sus permitidos son casi irrisorios. Una magdalena, un bocado de chocolate y un trago. "Cada vez que me pongo a dieta, todo va cuesta abajo. Así que si quiero un pequeño bocado de chocolate negro o disfrutar de un cóctel con mis amigos el fin de semana, lo tengo. De hecho, tomo un vaso de vino con la cena casi todas las noches y dos o tres veces por semana voy con mi hija Anja a por una taza de té con una magdalena", detalló.

"Cuando empecé a generar mi propio dinero a los 15 años, me gustaba ir al supermercado y llenar la cesta con galletas, helados y yogur. Todo los dulces que puedas imaginar. Hay ocasiones en los que aún me tomaría un paquete entero de galletas, pero luego me recuerdo a mí misma que la sensación posterior no es buena. Además claro que supondría, a largo plazo, perder mi trabajo y eso es un gran incentivo", remató.

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