Alarma por socavón que afecta a una parte de un edificio céntrico

Desde afuera, la evidencia es notoria. Sólo basta con prestar atención a la entrada del edificio y sus veredas para percibir que, poco a poco, el terreno ha comenzado a ceder. En la esquina noroeste de Salta y Entre Ríos de Ciudad, son pocos los vecinos que han quedado. En la tapicería que durante décadas funcionó allí, un cartel de “cerrado” es el indicio de que sus dueños han tenido que abandonar el sitio por algún motivo.

Un socavón y mucho barro en la entrada da la pauta de un caño de agua roto, producto de la presión ejercida en el terreno que soporta la construcción de 4 pisos.

“Adelante, pase con cuidado para no caerse", invita uno de los vecinos del primero, Pablo Nasisi (37), quien vive con su pareja y un niño. Ahora, la familia está buscando un sitio donde alojarse porque ayer se quedaron sin gas -los medidores fueron quitados- y anteayer sin agua. Así, las cosas, muchos temen porque la situación generada por el desnivel de la estructura ocasione más inconvenientes sin plazo de resolución.

“A todo eso hay que sumar el peligro de quedarnos acá porque nadie nos garantiza que esto no se va a caer si tiembla”, dice el vecino y asegura que en su caso ni siquiera tiene a quien reclamar su situación porque los propietarios del departamento no les han dado respuesta.

“Desde ya estamos armando las valijas, acá no nos podemos quedar”, comenta. En los diferentes pisos, casi ninguno de los habitantes elige contar su situación. En otros casos, han optado por pasar más tiempo fuera de su casa.

Nasisi cuenta que hace unos días se escuchó un estruendo que hizo alertar a todos los habitantes del lugar. “Al señor del negocio se le explotaron las ventanas y después volvió a pasar”, relata el vecino y agrega que cada vez que los colectivos pasan por Salta (una de las más transitadas del centro) se producen microtemblores.

“No sé qué está pasando, no tengo gas ni agua y quedarnos aquí es un peligro”, comenta otro vecino mientras sube la escalera. Cuenta Nasisi que el hecho de que el suelo comience a estar más bajo de un lado ha generado que las roturas en el edificio sean permanentes.

“El caño de gas también se ha quebrado por la fuerza. Cuando vinieron de la Municipalidad encontraron que por lo menos el suelo tiene humedad hasta dos metros de profundidad”, detalla. Desde la comuna detallan que hoy brindarán un panorama más completo de la situación.