Agotamiento de fin de año, ¿cómo superar el último tramo?

Cuando promedia la fecha cercana a fin de año, el cansancio pasa factura y, en el ámbito laboral, la concentración y el estrés comienzan a ser cada vez más visibles. Tips que conviene que tengas en cuenta para bajar decibeles.

“Estoy quemado...”.

“No quiero más...”.

“No sé cómo voy a terminar fin de año...”.

¿Le suena? En realidad le suena a todo ser humano sobre esta tierra que, con los pies casi en noviembre, siente el peso del cansancio acumulado. Un estado que suma las presiones extra de lo laboral, personal y familiar por estas fechas.

Un combo potente para dejar fuera de carrera a varios, si no se apela a algo de equilibrio... ¿Sólo una sensación o algo que nos ocurre a todos?

La psicóloga laboral Viviana Imperiale apunta: “Es un año muy particular porque ha traído consigo un cúmulo de expectativas ante el nuevo mapa político. Ha habido gente muy ansiosa esperando ver qué modificaciones se daban. Eso genera una ansiedad propia de la situación que vive el país. A esto se suma el cansancio normal y típico de un fin de año vinculado al final de actividades o cierre de un período laboral, que implica cerrar balances, finalizar proyectos, proponerse nuevo, y sembrar las metas para el año que viene... Es decir, se trata de una época de muchos cierres y aperturas”.

Algo que, sumado a los cambios de clima, más los eventos de fin de año y celebraciones, potenciarían el estado de agotamiento en las personas...

“Como una acumulación de una serie de tareas que no son cotidianas”, destaca Imperiale.

- ¿Cómo se puede transitar de la mejor manera estos últimos meses?

- A nivel personal, organizándose en el hogar con la familia y en el trabajo.

En el hogar, por ejemplo, hay que distribuir las tareas con el resto de los integrantes, e ir conversando con tiempo este aspecto, para que cada uno se ocupe de sus responsabilidades.

Pensemos que es una época de cierre de escuela cuando los chicos tienen que estudiar y cerrar una etapa; las parejas por su lado tienen que consensuar sus prioridades y obligaciones y definir con anticipación (para evitar el estrés luego) con quiénes van a pasar las fiestas y cómo se van a organizar familiarmente. A veces uno dilata estas conversaciones porque no son fáciles, pero postergarlas hasta último minuto es peor. Es preferible organizarse.

- ¿Y en el trabajo?

- El sujeto tiene una sensación de mayor trabajo porque empiezan a tratar de cerrarse las cosas y eso genera plantearse si se cumplieron las metas o no... Si no las logró, el sujeto es pasible de sumarse una frustración extra, más el cansancio y estrés con toda la sintomatología que implica esto.

Además, también aparecen los interrogantes internos de qué es lo que va a suceder el año que viene, cuáles van a ser las metas, cómo nos vamos a organizar o qué nuevo planteo va a surgir desde la organización.

Toda esa inestabilidad y sobrecarga hace que las personas se enfermen más seguido y por ende tengan que faltar al trabajo y estén más susceptibles.

Recordemos que no se trata sólo de la carga interna del trabajo sino también del afuera. El sujeto no llega ya con el mismo humor que el resto del año, sino que está más sensible. Eso ante cualquier fricción natural en el trabajo genera que la persona se sienta sobrecargada.

- ¿Cómo sobrellevarlo de la mejor manera?

- Antes que nada, planificando bien las metas. Hay meses en los que uno puede sobreexigirse más, y otros en los que uno va a estar más saturado, por lo que hay que saber disculparse o aprender a tolerar la frustración de no tener los logros que se tienen en otras etapas del año.

También es un momento para que los líderes de la organización tengan protagonismo a la hora de tomar estrategias fundamentales como: promover la integración de los empleados, crear buenos ambientes internos dentro de cada sector y hacer mucho hincapié en los logros... Ese reconocimiento para el otro es un botín...Un motivador principal para el motor interno de las personas. A fin de año el error es hacer hincapié en las faltas y no en los logros y eso hay que revertirlo.

- El trabajo en equipo ¿ayuda al sujeto en este sentido..?

- Totalmente. Hay que consensuar en el equipo cómo se hace en la propia casa, para que no haya sobrecargas, molestias ni acciones negativas. Si entre compañeros existe diálogo (no chismerío) y empatía, eso alivia el trabajo y se genera buen ambiente.

- En este sentido siempre hacés énfasis en que no hay que pensar que "la vida comienza luego del trabajo".

- Y así tiene que ser. No hay que esperar que la diversión y el trabajo aparezcan después de lo laboral. La vida no comienza cuando uno termina de trabajar, porque a través del trabajo nos reconocemos como personas que tenemos y realizamos aportes a la sociedad, a los otros, y a nosotros mismos.

El fin de año también es una etapa cuando el reconocimiento no sólo está bueno para que sea parte de la organización o la acción de las jefaturas hacia los empleados sino entre compañeros y pares. Eso hace la diferencia a la hora de generar buenos ambientes y empatía con el otro.

De allí que el cansancio y la falta de concentración mutan a otro estado de situación, más liviana y positiva para las personas a esta altura del año.

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