Adolfo Rodríguez Saá: “Si fuera presidente, en cuatro años puedo poner en marcha el país”

El puntano insiste en llegar a la Casa Rosada y asegura tener un plan que se basa en su experiencia como gobernador de San Luis. Menciona al narcotráfico, la inseguridad, la pobreza y el cepo como los principales problemas a solucionar.

Adolfo Rodríguez Saá es uno de los 13 precandidatos a presidente de la Nación. El ex gobernador de San Luis se postula por Compromiso Federal y estuvo ayer en Mendoza haciendo campaña.

Muy crítico del kirchnerismo tanto él, como su compañera de fórmula, Liliana Negre de Alonso, aseguran ser los únicos candidatos que reúnen las condiciones necesarias para solucionar “todos los problemas” que hoy tiene Argentina. Le preocupa la pobreza, el déficit habitacional, la falta de calidad educativa, el narcotráfico y la inseguridad.

-¿Cómo ve al país hoy?

-Lo veo lleno de problemas. Algunos muy graves, como el narcotráfico y la inseguridad, el cepo cambiario y la inflación, la discriminación a las provincias, el impuesto a las ganancias a los trabajadores -que es muy injusto-, la pobreza. El 30% de la población está por debajo de la línea de pobreza, 11 millones y medio de habitantes de este país. Es una situación muy dolorosa e injusta.

Tenemos que ayudar y promover desde el Estado cómo hacemos para sacar a toda esa gente del mundo de la pobreza y llevarla al mundo del trabajo; de las villas de emergencia a las viviendas dignas y propias. Puede parecer una tarea muy difícil y lo es. Pero tenemos que poner todo el esfuerzo nacional para realizarlo.

-Hay figuras del oficialismo, como Aníbal Fernández, que dicen que esos números de pobreza no son ciertos...

-Porque ellos justifican su gestión de gobierno en un relato. Todo lo que no coincide con el relato no les sirve. Pero me parece que la pobreza, la indigencia y la falta de trabajo, las vemos todos los días en la calle. Es como negar la inflación y la inseguridad. Es como si usted estuviera enferma y dice 'no, estoy sana' y no va al médico. Difícilmente se pueda curar y es probable que la enfermedad se empiece a complicar.

Si se atiende, se hace los estudios y luego un buen profesional le da un tratamiento, lo más probable es que se cure y su vida sea mucho mejor. Acá hay que hacer lo mismo. Diagnóstico de la situación ya lo tenemos. Hay que ver qué remedio aplicamos. El primero tiene que ser el diálogo.

-¿Cree que el kirchnerismo es responsable de la grieta que divide al país en personas k y anti k, como explican varios analistas políticos?

-Creo que sí existe y es muy perjudicial para la Argentina. Hemos estado divididos tradicionalmente entre unitarios y federales y guerras; entre radicales y régimen, yrigoyenistas y antiyrigoyenistas, peronistas y antiperonistas.

Las divisiones y las grietas sirven para que minorías o mayorías circunstanciales se aprovechen de todo el poder. Está muy cercano al autoritarismo. Tenemos que abrir un diálogo que nos permita construir en democracia, con libertad, con el respeto de todos los seres humanos que habitamos este suelo pero con derecho al progreso.

-¿Por dónde se empieza?

-Tenemos que tener un programa del primer empleo y facilitar la inserción de los jóvenes en el mundo laboral, pero poniendo en marcha el aparato productivo del país completo: la industria, el agro, todas las economías regionales, la minería, todas las potencialidades de la Argentina y provocar una gran industrialización.

Hay que convocar a las inversiones de los argentinos en primer término y también a las extranjeras. Para eso tiene que haber un gobierno serio, que dialogue, que una a los argentinos y que trabajemos para que todos respetemos la ley y la Constitución.

-¿Es posible en cuatro años de gestión?

-En cuatro años podemos iniciar. Para solucionar el déficit habitacional proponemos un plan revolucionario y transformador de construir 500.000 viviendas por año en todo el país. Para completarlo necesitamos 12 años, construyendo esa cantidad todos los años.

Si yo fuera presidente, en cuatro años puedo poner en marcha el país y sentarme nuevamente en el Senado, en la Cámara de Diputados o en mi casa y mirar con felicidad que lo logramos; que la Argentina nuevamente tiene diálogo, hay pleno empleo, que se empiezan a terminar las villas de emergencia y vivimos dignamente, que vuelve la seguridad, que no tenemos el acecho del narcotráfico. Nada de esto son sensaciones, son crudas realidades que tenemos que combatir.

-¿Tiene usted las herramientas para combatirlas?

-Sí, ésa es la diferencia que yo siento que tenemos respecto de los otros candidatos. Estoy decidido a cambiar positivamente la Argentina. Lo puedo hacer porque tengo la experiencia, porque ya lo hice, porque lo sé hacer y tengo la convicción de que si lo hacemos vamos a construir un país mucho mejor.

Si la provincia de Buenos Aires pudo construir 140 kilómetros de camino y en el mismo período una pequeña provincia como San Luis ha logrado construir con dinero propio 880 kilómetros de autopista, tenemos una sustancial diferencia.

-¿Habla de su experiencia como Gobernador de San Luis?

- Quiero aclarar que hace 14 años que ya no soy más gobernador. Estoy hablando de la virtud de un proyecto, no de una persona, de un modelo. La Argentina tiene que hacer un plan. Tenemos que saber adónde queremos llegar y yo sé adónde y sé cómo transitar ese camino. Por eso quiero ser presidente y vengo a pedir a los mendocinos que me voten.

-¿Cuáles son sus principales propuestas?

- Si hacemos un acuerdo, basado en buen diálogo, con todas las fuerzas de la producción, las economías regionales incluidas, las fuerzas del trabajo, las organizaciones sindicales, con las iglesias, que le pongan un valor moral de nuevo a la palabra y por supuesto la Católica en el lugar principal. Ponemos también en la mesa al Gobierno con todas sus expresiones políticas y firmamos un acuerdo para erradicar la pobreza, para lograr el pleno empleo y para promover la más grande industrialización de la historia. A la Argentina la encaminamos en cuatro años.

- ¿Qué expectativa tiene para las elecciones primarias?

-Las mejores. En Mendoza y en Cuyo en general siempre hicimos muy buenas elecciones. No tenemos por qué pensar que no va a ser así ahora. Pedimos el voto a los mendocinos. Es importante mostrar al 'círculo rojo' que podemos. He llegado a Mendoza y estoy azorado con la cantidad de carteles de Scioli que hay. Me pregunto de dónde sacan la plata.

Es el “círculo rojo” el que opera, después se apodera del poder y hacen lo que quieren para beneficio de ellos. Mientras tanto, el pueblo tiene que contemplar cómo no se hacen las cosas que se deberían hacer; que funcionen la escuelas, los hospitales, ¡que funcione el país! Que puedas soñar con tener tu casa propia, digna, como la tenés en San Luis.

Más que una candidata a vice, una fan

Sentada a su lado durante la entrevista, la precandidata a vicepresidenta de la Nación, Liliana Negre de Alonso, remarcó por qué razón Adolfo Rodríguez Saá tiene que ser el próximo presidente de los argentinos.

"Nosotros, Compromiso Federal, tenemos el mejor capitán para conducir un barco en altamar en plena tormenta con la experiencia necesaria. Porque Argentina está en una tormenta que se va profundizando cada vez más por los fondos buitres. Que es un tema que Adolfo lo dijo en diciembre de 2001. Dijo hay que había que separar la deuda externa de la ilegítima y no lo escucharon. (Néstor) Kirchner metió todo en la misma bolsa y éste es el resultado: los fondos buitres están acosando al país.

El único estadista, el único capitán de buque que ha sabido superar los obstáculos en altamar con éxito en plena tormenta, es Adolfo Rodríguez Saá.

de San Luis, es un cuyano y además tiene marca registrada de cumplimiento. Entonces, ¿por qué no apoyarlo? Invitamos a los mendocinos a que nos acompañen, garantizando que podemos mostrar coherencia. Siempre hemos sido peronistas. Creo que soy la única precandidata a vicepresidenta que tiene la capacidad y la experiencia para manejar el Senado”, analizó la actual senadora Negre de Alonso.

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