Adaptarnos a los cambios a través del buen ánimo

El humor, como práctica constante, actúa positivamente en los desarrollos social y cognitivo de las personas. Permite percibir la realidad de una manera diferente, exteriorizar las emociones, poner límite a los pensamientos negativos y resolver situacione

En la actualidad nos vemos expuestos a un sinfín de situaciones. Todas ellas despiertan en nosotros una larga lista de emociones que se cruzan entre sí y que, obviamente, se manifiestan en nuestras relaciones sociales y personales. Nos importa aquí pensar cómo el buen humor y el pensamiento positivo ayudan a enfrentar estados adversos, así como también al desarrollo cognitivo.

Frente a este aspecto, Liliana Vázquez -psicóloga- comienza diciendo: “Es común hoy toparnos con personas jóvenes que no saben qué hacer en sus tiempos libres o que, cuando se los interroga sobre sueños y deseos, afirman no saber qué quieren; todo les da igual. Y no sólo eso, sino que manifiestan estados de furia, enojo constante que se traduce en malas contestaciones, malhumor, molestia y resistencia a todo”, lo que nos hace pensar: ¿cómo enfrentar situaciones adversas si se tiene una mirada tan negativa de las cosas?

Pues Vázquez agrega que “el ser humano tiene, como una de sus características principales, la capacidad del humor, de reírse de sí mismo y de las circunstancias de la vida”. Esta simple característica es lo que nos permite aprender a ver las situaciones de la vida desde otra óptica, “la de las fortalezas humanas y el optimismo”, afirma Vázquez, y no encerrarnos en lo negativo, oscuro y pesimista de todo.

Sosteniendo este punto de vista, Carolina Lombardo -también psicóloga- agrega que “el sentido de humor es una capacidad única del ser humano. Frente a los cambios de la vida, las personas podemos adaptarnos saludablemente gracias a que podemos poner en marcha y desarrollar nuestras fortalezas y virtudes. Todos tenemos fortalezas, aunque en ocasiones no seamos conscientes de ello; solo hay que ponerlas en marcha con voluntad y esfuerzo”.

Una de ellas es el sentido del humor, “este alivia nuestra tensión, miedo e inseguridad ante los cambios de la vida, también disminuye el estrés y nos permite trascender los problemas”, dice la profesional.

Ahora bien, el humor está fuertemente relacionado con el concepto de resiliencia, “el sentido del humor tiene muchos beneficios, tales como: adaptación al cambio, mejor empatía con las otras personas, disminuye el sentimiento de frustración y ayuda a encontrar soluciones a los problemas”, comenta Lombardo.

Además, el poder reírse de sí mismo, de lo que se dice y se hace, representa una capacidad creativa de todo ser humano ya que, “la idea del humor y la risa nace de las personas más allá de las cosas y/o situaciones”, afirma Vázquez.

Todo esto desemboca en que las personas con buen sentido del humor tienen una alta capacidad de reconocer situaciones negativas, enfrentarlas y superarlas con otra actitud. Por lo tanto el humor es un recurso con el que contamos y que es necesario cultivar, ya que permite lidiar con la resistencia y promover cambios positivos a nuestras vidas.

Pero, algo a destacar sobre esta capacidad humana, es que determina también el nivel de desarrollo cognitivo y social de una persona.

Está demostrado que tomarse la vida de otra manera -dándole participación a los buenos estados de ánimo- repercute positivamente en el desarrollo intelectual, en la capacidad de enfrentar situaciones conflictivas, desarrolla la creatividad, la motivación, favorece las relaciones así como también, la productividad.

A lo cual, Lombardo, comparte que “los procesos cognitivos se ven influidos por los estados emocionales: en una persona negativa o con depresión sus procesos cognitivos se ven profundamente afectados y disminuidos; de lo contrario, una persona optimista conserva estas capacidades y también las potencia a través del sentido del humor”.

Según evidencia científica, se estima que a partir de los 45 años comienza una disminución del funcionamiento del sistema cognitivo, puede manifestarse en pequeños olvidos -dónde dejamos el celular, por ejemplo- que “pueden estar relacionados con períodos de estrés, problemáticas recurrentes, tensión o altos niveles de ansiedad”, dice Liliana Vázquez; signos que pueden ser la antesala de enfermedades tales como Alzheimer, otras demencia y más.

Y, si bien no existe una receta mágica para enfrentar la llegada de los años, sí podemos decir que hay muchas estrategias para conservar las capacidades cognitivas, “el humor puede ayudar a los adultos mayores a tener una mejor calidad de vida y prevenir trastornos mentales que afecten sus capacidades cognitivas, por lo tanto podría considerarse como una forma de prevenir enfermedades, ya sea mentales como físicas”, cierra Lombardo.

El humor es una forma de percibir la vida y una fortaleza que puede forjarse en cualquier persona con práctica, perseverancia y dedicación.

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