Aceite de oliva: mejoran las perspectivas de comercialización

Referentes locales aseguran que ha sido una excelente cosecha en términos de rendimientos. Creen que es posible colocar algo del remanente en exterior.

Con más kilos de aceitunas disponibles, la mayor parte de buena calidad, y un escenario internacional relativamente propicio, los elaboradores de aceite de oliva se esperanzan en poder soportar, al menos por una temporada más, la presión del costo argentino y el deterioro de la estructura productiva primaria que amenaza, cada año, con recortar la disponibilidad de materia prima para procesar.

Si bien la actividad no estuvo exenta de otras preocupaciones como escasez de mano de obra para la cosecha y bajos rendimientos (frutos con menor porcentaje de aceite), la firmeza del consumo en el mercado interno, y el relativamente lento pero permanente incremento de la demanda a nivel internacional, renuevan las expectativas de los empresarios del sector.

Armando Mansur, industrial olivícola de Rivadavia, señaló que "hemos tenido una producción interesante, comparada con la de los últimos tres o cuatro años, aunque ha quedado mucha aceituna en las plantas, por las dificultades para conseguir cosechadores"

El empresario, titular del establecimiento Olivares de Don Ignacio, precisó que "en las provincias del Norte la cosecha fue excelente, y se calcula que vamos a estar cerca de las 30.000 toneladas de aceite a nivel nacional, de las cuales cerca de 6.000 toneladas serían de producción mendocina". Este número situaría a la presente campaña "muy cerca del máximo producido en todo el país, que en algún momento llegó a ubicarse en torno a las 32.000 toneladas".

Referentes del sector calculan que esta temporada en Mendoza se producirán unas  6 mil toneladas de aceite. Además ven un escenario internacional más alentador para colocar producto.

Esa fruta entregó aceite de “muy buena calidad, hasta estas últimas heladas, pero con rendimientos muy bajos, algo que no habíamos visto nunca, al punto que algunas fábricas pararon de recibir, hasta después del 15 ó 20 de mayo, esperando moler con mejores rendimientos”, indicó Mansur, y apuntó: “era normal que iniciáramos la campaña el 2 de mayo con un 11% o 12% de rendimiento, pero este año estábamos moliendo con un 7% o 7,5%” de aceite.

"Después, normalmente -explicó- cuando se producen heladas tan fuertes, durante 4 ó 5 días el rendimiento aumenta y después decrece, pero ya con un aceite de muy baja calidad". En conclusión, "tenemos 70% de la producción de muy buena calidad, y el 30% restante de calidad inferior, debido al efecto de la helada que rompió el tejido celular de la aceituna y se junta el aceite con el agua vegetal" de la fruta.

Marcos López, que produce aceitunas en Lavalle, Maipú y San Juan, contrata la elaboración y comercializa aceite de oliva extra virgen en el mercado interno bajo la marca "Elia", coincidió en que "hubo más volumen de producción que el año pasado, e incluso un poco por encima de la media, pero no llegó a los máximos históricos".

Está de acuerdo, asimismo, que “tuvimos un buen inicio de temporada en términos de calidad del aceite, pero con muy bajos rendimientos, y desde mediados de junio la calidad empezó a caer mucho, por efecto de las heladas”. Precisó que, “variedades que normalmente rinden un 13% o 14%, estaban en un 10% u 11%

Escenario comercial

Con respecto a la situación del mercado, Armando Mansur, que preside la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), reveló que "hay buena demanda, pero como tenemos que exportar el 70% -o más- de la producción a precio internacional, no sabemos cómo van a quedar los números en los meses que vienen". Es que, "si bien ahora está tonificado, se calcula que podría tender a bajar a medida que nos acerquemos al final de la campaña en Europa, donde están en pleno verano y los olivos ya tienen los frutos".

El industrial del Este reconoce que “el contexto internacional, para nosotros, es bueno”. Indicó que “España podría volver a ser -como lo fue el año pasado- el principal destino de nuestras exportaciones”, un lugar que hasta el 2015 venía ocupando Estados Unidos. Es que “los españoles no terminan de recuperarse de la mala cosecha pasada y, como abrieron mercados -en China e India- necesitan proveerse para poder cumplir esos compromisos”.

Por esa misma razón, los europeos descuidaron otros mercados menos atractivos para ellos, como algunos de América Central, y “eso nos abre a nosotros la posibilidad de entrar en forma directa en esos países”.

Advirtió, de paso, sobre la necesidad de implementar rápidamente los estrictos procedimientos que exigirá Estados Unidos a partir del año próximo -en el caso de las pymes- para ingresar alimentos a su territorio, como parte de su política de prevención del bioterrorismo.

El instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) inicia el acercamiento a las cámaras sectoriales para informar sobre el tema y capacitar a productores e industriales, y no se descarta que pudiera ser el organismo que certifique el cumplimiento de esas exigencia ante la autoridad competente norteamericana.

Marcos López, por su parte, mencionó también “la situación de baja producción de España (por daño climático) e Italia (por razones sanitarias) que se ha repetido este año”.

No obstante ello, advirtió que los precios internacionales se mantienen de alguna manera frenados por la presión del subsidio europeo, al punto que “nos compran el aceite a granel, y son más competitivos que nosotros en el mercado internacional con producto fraccionado”.

Aunque reconoció que “el volumen que les vendemos no es relevante”. En todo caso “no es importante para ellos, pero sí para nosotros”.

Aclaró que “los precios del aceite de oliva a granel no se han movido tanto como algunos esperaban”. Señaló que “son muy variables, porque depende de las calidades, del financiamiento que logran los exportadores y de un alto grado de especulación que hay en el mercado”.

El INAL será el ente fiscalizador

A principios de este mes se reunió, en Buenos Aires, la Mesa Nacional de la Cadena del Olivo, convocada por el Ministerio de Agroindustria de la Nación.

Hubo un par de puntos, de los analizados en ese ámbito, que el sector industrial de Mendoza rescata como más relevantes, en función de las expectativas que habían generado. De hecho, se había planteado la posibilidad de que el INV controlara la actividad, algo que por el momento se descartó y se puso al INAL al frente de esa gestión.

La directora de Fiscalización del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), Adriana Garbini, reveló que ya habían iniciado operativos de fiscalización en algunos centros de consumo, con toma y análisis de muestras, como parte del Programa Nacional de Fiscalización de Aceite de Oliva.

Representantes del Senasa alertaron sobre la detección en nuestro país de la Xylella Fastidiosa, una bacteria con gran potencial de daño económico

Adelantó, además, que se realizarán auditorías en las plantas fabriles (no sólo en la temporada de elaboración del producto), tomando como referencia los parámetros establecidos para este producto, en el Código Alimentario Nacional. Precisó que en Mendoza, lo harán a través de la Dirección de Fiscalización y Control de la Provincia. Cabe apuntar que la actividad sigue aquí bajo el contralor de la Dirección de Industria de Mendoza.

El gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza, Mario Bustos Carra, destacó que “de esta manera, desde el Gobierno nacional se desestimó la posibilidad de crear nuevas estructuras de fiscalización, y se decidió potenciar la tarea de los organismos cuya razón de ser es, precisamente, el contralor” de estas actividades. Esto, de paso, “evitará nuevos trámites burocráticos, que siempre representan costos adicionales para las empresas, que de ninguna manera se justifican”.

El ejecutivo subrayó que estas acciones “contribuirán a garantizar la genuinidad del producto, de manera que lo que contenga el envase sea lo que dice la etiqueta, lo cual le dará certeza al consumidor acerca de lo que está comprando y, por otro lado, implicará un respaldo al trabajo de los buenos industriales”.

Problemas fitosanitarios

Durante la reunión de la Mesa Nacional del sector, representantes del Senasa alertaron sobre la detección, en el país, de la Xylella Fastidiosa, una bacteria con gran potencial de daño económico, que ha causado estragos en olivares del Sur de Italia.

La que ingresó en Argentina -no se sabe por qué vía- sería una cepa distinta, pero ya se habrían detectado manifestaciones en cultivos de Catamarca, La Rioja y del Sur de la Provincia de Buenos Aires. Hay inquietud, porque todavía no habría modo de enfrentar a esta bacteria, que directamente seca los olivos infectados y hay que erradicarlos.

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