Abel Pintos: “Me crié escuchando muchos géneros musicales”

Vuelve a la provincia luego de tres años para presentar su último álbum, el celebrado “11”, que lo distancia definitivamente del folclore y lo consagra como cantautor pop romántico.

La noche del 8 de noviembre de 2014 hacía calor en La Plata. Mientras el colectivo que lo trasladaba se detenía a unos metros de la entrada del estadio único, Abel observó las extensas filas de espectadores moviéndose hacia las puertas de acceso, ansiosos para escucharlo cantar. Era una multitud gigantesca. Esa imagen lo impresionó.

Allí pensó que aquel utópico, casi absurdo sueño con cantar en el Monumental, el escenario más grande del país en términos de cantidad de espectadores (80 mil en total ocupando la cancha), podría estar cerca. Podría ser posible. Y lo fue.

Tres años después, eso va a pasar: no sólo agotó las localidades de su primera fecha en Núñez, el 16 de diciembre, sino que ahora sumó otra función, el 17. Ahora, en Mendoza, ha ocurrido algo parecido; tras agotar un primer show agregó una segunda fecha para presentarse hoy y mañana en el Arena Maipú.

Si bien volvió para distintos festivales estivales, esta será la primera vez en tres años que Pintos presentará un álbum nuevo, a unos días de cumplirse un año de su lanzamiento.

Al escuchar "11", no cabe duda que Abel ha alcanzado su madurez compositiva. Temas como "Pájaro cantor", "Cómo te extraño" y "Once Mil", sintetizan una antología de excavaciones emocionales, relatos de amor, reflexiones personales, un torrente  de polaroids sonoros y poéticos con un diseño orquestal delicado, que ha sido reconocido con tres premios Gardel: el de Oro (por tercera vez en su carrera), el de mejor canción por "Cómo te extraño" y mejor álbum artista masculino pop.

Un reconocimiento que se extiende a sus talentosos productores; el cantautor español Leiva (conocido por formar parte del dúo Pereza, con Rubén Pozo) y el sueco Martin Terefe (creativo de exitosos álbumes de  Jason Mraz, James Morrison y KT Tunstall).

- Se vienen las dos fechas de River. Todo un récord. ¿Cómo te sentís al respecto?

-Para mí River ahora me resulta una situación conmovedora. Sobre todo cuando sentía confianza para presentarme ahí, al menos en una fecha y ahora son dos. En el Monumental nosotros queremos compartir con el público un concepto distinto de concierto más abarcativo. Un teatro te da la posibilidad de estar más cerca de la gente, es algo siempre más íntimo y un estadio cubierto permite que un concierto sea más enérgico, con una atención en el espectáculo visual,  pero ya un estadio te da todos estos elementos juntos y al mismo tiempo potenciados. De ahí a que pronto se agotaran las entradas y que nos preparemos para una segunda fecha, ha sido algo que me ha costado dimensionar. Hablar de una segunda función en River como si fuera la de un teatro, me resulta impresionante.

-¿Hace diez años te lo hubieras imaginado?

-Hace diez años, River jugaba en la categoría de lo imposible. Algo que quería vivir pero se sentía desde ese momento como un paso muy grande. Pero en 2014, cuanto toqué en el estadio único de La Plata, recuerdo que cuando estaba llegando al estadio, observaba las filas de la gente esperando entrar, de repente, sueños de ciencia ficción como River ya podían verse como algo más cercano, no se veía tan lejos. Estoy en el barrio, pensaba. Ahí fue fuerte.

-¿Cómo conociste a Leiva?

-A Leiva lo conocí con Pereza. En algún momento de hecho los fui a ver en vivo porque era muy fan de ellos. Pero hace dos años atrás, en Madrid, la compañía discográfica, que sabía de mi admiración por Leiva, nos cruzó en una reunión y estuvo re contra bueno. Tuvimos una cercanía inmediata. Al poco tiempo él regresó a la Argentina y lo recibí a él y a su banda. En otro siguiente viaje a España, una conversación terminó con la idea de hacer algo juntos. Unos meses después ya estaba encarando la producción del disco nuevo y él aceptó encantado.

-¿Cómo fue planteado el diseño del álbum?

-Él me planteó que primero encararíamos tres o cuatro canciones en el estudio para ver cómo nos relacionábamos trabajando entre los dos. Es que los estudios de grabación son un mundo aparte. Allí los músicos se convierten en personas distintas (risas). Cuando estaba en Madrid volé a Londres y la compañía discográfica me conectó con Martin. Me gustaba mucho de él su concepto y le propuse hacer la segunda mitad de la producción del álbum y aceptó. Así comenzó "11".

-"Once mil" es una canción existencial. Para mí, la mejor del disco. ¿Cómo fue inspirada?

-La verdad es que desde un primer momento se planteó como una canción visceral. Nació la letra y la música al mismo tiempo. Fue como un sincericidio. Fue algo así. Al mismo tiempo, como responde a mi forma de ser también intenté en ese proceso tan visceral encontrar la luminosidad . Hacia al final parece que todo lo planteado cruza un puente y se vuelve más luminoso. La idea de la canción es sobre aceptar lo propio. Estamos pensando muchas veces en lo que pasa alrededor nuestro y esa es una forma de comodidad, de confort, pero en realidad hay que comenzar por aceptar las cosas que están bien en cada uno, para que después sea más simple aceptar lo que hay a nuestro alrededor.

-¿Qué tan diferente te resultó la disciplina de grabación allá en comparación con la que hace acá?

-Ellos trabajaron bajo condiciones muy europeas, podríamos decir. Los dos, tanto Leiva como Martin, me planearon un modo de trabajar que me pareció extrañísimo. Acá por ejemplo, con la grabación de “Abel”, una vez llegamos a hacer hasta 18 horas de grabación y cuando llegamos allá lo primero que nos dijeron fue que las sesiones iban a durar hasta cinco horas como mucho. Nos dijeron que confiáramos y la verdad que nos abrieron una nueva forma de trabajar. Ellos apuntan a la grabación “toma uno”, con todos los músicos al mismo tiempo y apuntan mucho a algo que yo ya tenía pensado plantearle que era que quería grabar pocas veces. En realidad, estaba seguro que ya había trabajado las canciones lo suficiente. Quería cantarlas tres veces y decirles que era lo mejor que podía lograr. Como si fuera un concierto en vivo. Fue revelado. Fue parte de un nuevo aprendizaje.

-¿Quedaron canciones afuera?

-La verdad fueron 11 de 11. Cuando terminamos de grabar el disco, Martin me dijo que teníamos todavía dos días de trabajo en estudio porque los dos viajábamos, y me sugirió hacer un bonus track, o lo que sea, pero me di cuenta que a la grabación ya no le faltaba nada más. Y lo dejamos así.

-Sé que te enamoran los libros, ¿qué estás leyendo actualmente?

-Estoy un poco fan de Roberto Bolaño. Desde que leí “Los detectives salvajes” vuelvo a sus páginas. Me pasa lo mismo con Cortázar, que recurro a él con frecuencia. También estoy maravillado con Daniel Mella, el novelista uruguayo autor de "El hermano mayor".  Me gustó mucho. En la lista de mis recomendaciones está "Las muecas del miedo", de Enrique Medina y "Stoner", de John Williams.

Sin duda, "11" es el apogeo de aglomeración del talento de Abel Pintos como autor, intérprete y productor  más logrado de su presente.

El más premiado

En la última ceremonia de los Premios Gardel, que tuvo lugar en junio en Buenos Aires, Abel Pintos se consagró como el artista más ganador llevándose tres de las siete estatuillas para las que estaba nominado por su álbum “11” y recibiendo el galardón de oro por tercera vez en su trayectoria.

La ficha

Abel Pintos presenta "11".
Funciones:
hoy y mañana, a las 21.30.
En: Arena Maipú  (Emilio Civit y Maza).
Entradas: $1.000, $900, $800, $700, $800, $650 y $500.

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