¿Qué sucede con los pechos durante el embarazo?

A lo largo de los 9 meses, las mamás observarán cambios en la apariencia de sus pechos. Pero, ¿qué es lo que va cambiando?.

El aumento de tamaño y cambios en los pechos es absolutamente normal durante el embarazo, pues tiene como objetivo la preparación para la lactancia. Estos cambios están mediados por un aumento de hormonas femeninas (estrógeno y progesterona) a lo largo de la gestación. Los primeros meses se acumula grasa en los senos y las glándulas mamarias aumentan de tamaño.

A medida que crecen los pechos y se estira la piel, es posible que sienta tensión mamaria, picazón o aparezcan estrías. Durante el embarazo hay un aumento en el suministro de sangre a las mamas, y esto puede causar venas azuladas debajo de la piel. Los pezones se tornan más oscuros y la aréolas también. Además, crecen y las pequeñas glándulas de las aréolas aumentan y se vuelven irregulares.

En el segundo trimestre, las glándulas de las areolas aumentan y se vuelven irregulares, debido a un mayor suministro de sangre, segregando una secreción oleaginosa (calostro), que evita que se resequen y agrieten. Para esto, se recomienda el uso de almohadillas desechables o lavables. También es importante dejar secar los pezones al aire un par de veces al día y después de bañarse.

A partir de la semana 12  o la semana 14 de embarazo es posible que la mujer experimente secreciones mamarias. Este líquido (más espeso y amarillo al principio del embarazo) es el calostro, la sustancia que alimentará al bebé los primeros días después del parto y que precede a la subida de la leche. El calostro se tornará más ligero y casi transparente en el momento del alumbramiento.

Cómo aliviar molestias

En el embarazo, las mamas están congestionadas y esto provoca temperatura y tensión en las mismas. Pueden estar hipersensibles, incluso puede doler  al tacto y para algunas mujeres es difícil llevar sujetador. Los cambios en los senos se notan desde los primeros días de embarazo. El organismo se empieza a preparar poco a poco para alimentar al bebé.

Para aliviar las molestias, se recomienda el uso de corpiño acorde al tamaño de los pechos, en lo posible de algodón, facilitando la respiración de los mismos. No utilizar sostén con alambre, ya que restringe el flujo de sangre que se dirige a dicha área. Si duelen, por la noche, usar sostén cómodo de tamaño.

-Tome baños calientes para aliviar la inflamación.

-Si sintiera calor o dolor punzante, aplíquese un paño fresco en dicha área.

-El masaje manual con alguna crema hidratante, también es recomendable.

Preparar los pezones

A partir del octavo mes del embarazo, se deben masajear los pezones preparándolos para la lactancia materna.

Hablá con tu doctor para que te revise y te diga si tus pezones son chatos o invertidos. Para que puedas darle el pecho a tu bebé efectivamente, deberá ser capaz de agarrar tu pezón y tirarlo hacia el techo de su boca. Los pezones chatos o invertidos pueden hacer que tu bebé no se agarre correctamente y que sea dificultosa la tarea de amamantar. Si tus pezones son chatos o invertidos, tienes la opción de usar unas pezoneras durante la etapa final del embarazo para estimular a tus pezones que se hagan más prominentes. Las pezoneras son tazas de plástico que ejercen una leve presión en la areola para ayudar a romper las adhesiones que impiden que los pezones tomen la forma necesaria para amamantar. Debes usarlas durante el mayor tiempo posible durante el tercer trimestre de embarazo, pero debes quitártelas antes de ir a dormir.

-El masaje debe ser suave utilizando un aceite o crema adecuada.

-Los pezones de silicona son una buena opción para las madres que lo necesitan durante la lactancia.

-Expone tus pechos al aire libre o pasando tiempo sin corpiño.

-No frotes tus pezones, déjalos que se acostumbren a la fricción y a la estimulación.

-Masajea tus pechos diariamente para aumentar la familiaridad con ellos.

-Sostené con suavidad tus pechos desde abajo y masajéalos desde la pared del pecho hacia los pezones.

-Sacarte leche manualmente es una buena práctica para el amamantamiento también.

¿Cuándo consultar al médico?

Algunos de los problemas más comunes que podrías tener en las primeras seis semanas incluyen:

-Senos demasiado llenos e hinchados.
-Pezones doloridos.
-Mastitis: una infección en los pechos.

Estos síntomas que se presentan pueden ser solucionados en cuanto la mamá acuda a buscar ayuda de una forma más rápida para así aliviar dichos síntomas, seguido de un tratamiento especializado por el médico.

(*)  Fundación Hospitalaria

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