“La violencia estaba en las pautas de trabajo de las chicas”

Lo aseguró, durante la audiencia, una psicóloga, convocada por el Tribunal, durante el juicio del prostíbulo Pyme Vip en la Justicia Federal.

“La violencia estaba en las pautas de trabajo de las chicas”
“La violencia estaba en las pautas de trabajo de las chicas”

"Todas las chicas habían naturalizado situaciones de explotación, de violencia que no es física", dijo ayer Andrea Capadona, psicóloga en el debate por trata de personas con fines de explotación  sexual, en el cual se juzga a Sebastián Sole (35) y a otros 10 individuos, entre ellos el ginecólogo, Osvaldo Pastorino; un inspector municipal de Capital, dos  policías federales y tres patovicas.

Ayer, Capadona declaró ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1. La psicóloga es parte del equipo de Contingencia para el rescate, acompañamiento y asistencia a personas damnificadas por el delito de trata, y desde abril pasado trabaja en el caso, para el cual realizó cuatro informes en relación a las varias mujeres que estaban en el prostíbulo Pyme Vip.

Violencia, vulnerabilidad y amenazas fueron algunos temas que la profesional expresó, luego de haber asistido a las presuntas víctimas desde abril pasado.

Un trabajo de 8 horas
En relación a la violencia que las presuntas víctimas habían vivido, indicó que muchas manifestaron que tenían que trabajar 8 horas y que a veces ya no querían hacerlo a pesar de que los clientes las habían solicitado, "pero había que seguir. No querer hacer algo y tener que hacerlo, implica violencia. Y esa violencia estaba en las pautas del trabajo".

Cuando un defensor preguntó si los clientes o prostituyentes ejercen violencia, la psicóloga contestó: "Yo creo que sí" y con respecto a si todas la mujeres son vulnerables, sostuvo que “hay que analizar las situaciones particulares de cada una".

"Pensalo, estás sola..."
En cuanto a si eran obligadas a abortar, indicó: "Nadie las llevó presionadas pero hay coerción psicológica que las empujó a esas situaciones: a una le dijeron "pensalo, estás sola, en otra provincia (que no es la tuya), no tenés a nadie".

Luego indicó que algunas mujeres sufrieron violencia simbólica, que es más sutil y que es una violencia que no está relacionada con el dinero que ganaban, aunque se quejaron cuando los conserjes de hoteles se quedaban con un porcentaje excesivo de la tarifa que pagaban los clientes de los hoteles cinco estrellas.

Antes había indicado que "tenían conciencia de que sus ganancias -50% de los pases- no estaban de acuerdo con sus esfuerzos en relación al empleador (que se llevaba el otro 50%)".

También se refirió al estado de vulnerabilidad de las mujeres, explicando que llegaban a Pyme Vip buscando trabajo porque tenían que sostener a sus familias, tenían a un pariente enfermo y no tenían formación para acceder a un trabajo que cubriera sus necesidades básicas.

"Veo condiciones de vulnerabilidad, relaciones asimétricas, violencia simbólica (implícitas, invisibilizada para las víctimas)", advirtió la testigo, indicando que "hay situaciones de género que ubican a la mujer en un lugar de desventaja y los tratantes y clientes se creen con derecho a exigir ciertos servicios que están naturalizados y donde las mujeres tienen que poner el cuerpo".

También sostuvo que algunas recibieron amenazas para no declarar en el juicio. "Una chica manifestó que quería declarar y cuando empezó el debate dijo que no porque había visto a una persona que era de seguridad en la calle y tenía temor".

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