¿Hay que pagarle a los hijos por hacer tareas?

Muchas veces, para que los pequeños colaboren con los mandados de la casa, se les promete una paga por ello. ¿Es una buena costumbre? La familia debe colaborar para que los menores organicen y usen el dinero con responsabilidad tomando sus pro

En el contexto actual en el que vivimos, el dinero ocupa un rol principal. Y eso, no solo importa a los adultos, sino que, ahora, también es tema de niños y adolescentes.

Ellos no sólo manejan dinero, que los padres les dan en algún momento, sino que exigen decidir por sí mismos en qué gastarlo. Frente a esto, muchos especialistas afirman que es importante hablar con los hijos sobre el dinero en sí y, si es posible, desde el primer momento en que el pequeño comienza a pedir cosas como regalos, ropa nueva y demás.

Ahora, una cosa es hablar con los menores sobre qué es el dinero, cómo se gana y en qué se gasta y, otra muy diferente es dárselo. Toda una responsabilidad que pone a los padres en un lugar de reflexión principal, pues, deben conocer cuál será el destino último de esos billetes, más que nada, para acompañar a sus hijos en lo "que representa cuidar las finanzas propias así como, explicarles que ese dinero tiene que ser usado para su bien y no en cosas que pudieran provocarle daño o ponerlo en peligro", analiza Laura Giménez, psicóloga.

Existen padres que les dan dinero a sus hijos de manera semanal o mensual, ya sea para comprar la "merienda" en la escuela o, para divertirse con amigos.

Lo cierto es que, hay otros casos en los que se les entrega dinero como premio por haber colaborado con alguna tarea del hogar, "esto último suele ser un error, ya que el niño no siente esa tarea como una responsabilidad, sino como algo que debe cumplir para que le den dinero, o sea, lo toma como una recompensa y no como una obligación o una colaboración como miembro de la familia", dice Giménez. Ante esos pedidos de los padres, se tiene que responder con aprobación y atención, no con la entrega de dinero.

Eso no colabora con el desarrollo del menor.

Según la psicóloga, Florencia Bermúdez, "es importante educar desde el trabajo en equipo, para que todos "seamos uno" en el hogar y no individualidades que cumplen tareas y se les paga por ellas". A pesar de eso, si decidimos darles dinero "de vez en cuando", también es importante dialogar con los hijos al respecto, pues, "el dinero puede transformase en un arma peligrosa si se les entrega sin antes explicarles su buen uso", agrega la profesional.

En algún momento, nos pedirán dinero, y antes de extender la mano para dárselo, merece una buena charla que los ayude a comprender el valor del dinero y cómo deben gastarlo.

Tal como afirma Giménez, "en el mismo momento que nuestro hijo comenzó a pedir cosas es el momento ideal para empezar a hablar sobre finanzas, mostrarles el dinero y explicarles de dónde viene, qué se debe hacer para conseguirlo y cómo se lo debe cuidar para no malgastarlo".

O sea, enseñarles a establecer prioridades para que entiendan qué cosas con necesarias para el día a día y qué cosas no lo son, pero en las que se puede gastar -para "darse un gusto"- de vez en cuando.

Ambas profesionales coinciden que la mejor manera de colaborar con esta situación es asignarles un presupuesto mensual que ellos deben aprender a administrar, "se puede elaborar una lista de cosas en las que pueden gastar ese dinero, por ejemplo juguetes, golosinas, parques de diversiones, y cosas propias de niños.

Pero, sobre todo, debemos aclararles que ese dinero que se les entregue será mensual, o sea que, si no lo administran bien, no podrán pedir más", comparte Bermúdez. Esto puede servir como estrategia para que aprendan a valorar el capital y no malgastarlo.

Y, sobre todo, "si los papás proponen esta alternativa y se les pide que cuiden la plata que se les da, los progenitores también tienen que cumplir con su palabra de entregarles la misma cantidad", agrega Giménez.

Sino, el niño se sentirá desganado pensando que su trabajo no es valorado y se defraudará rápidamente de la propuesta. "Algo que los padres no deben olvidar es que las tareas del hogar no deben ser rentadas…o sea, no se les puede prometer dinero por una actividad que tiene que ser vista como tarea colaborativa para el bien de toda la familia".

Del mismo modo, esta idea, permite incentivar el ahorro, "al proponerle al chico que junte dinero para comprarse aquello que tanto desea.

Sería como proponerles metas a mediano y corto plazo para movilizarlos a ahorrar y cuidar el dinero", comenta Bermúdez. Cabe destacar que, esta simple conducta prepara al niño para ser, en un futuro, una persona capaz de mantener ordenada sus finanzas y no malgastar lo que gane.

Laura Fernández, psicopedagoga, agrega que, "en un mundo tan convulsionado por el tema económico, es sustancial que la familia hable de estos temas y, sobre todo, de la relación que -a temprana edad- comienzan a tener los niños y jóvenes con el dinero".

Aproximadamente, "entre los 5 y 6 años de edad los niños comienzan a saber que el dinero se utiliza para intercambia cosas, lo que no saben es cómo usarlo y cuidarlo", aportó la profesional.

Ese interés por la economía comienza a avanzar a medida el niño crece, "a los 8 años, los pequeños ya entienden lo que es ahorrar y a medida que crecen comienzan a tomarle más interés".

Lo interesante de este debate es que, en familia, se puede dialogar sobre lo que realmente se necesita y lo que no, restándole valor a aquellas cosas que "nos hacen creer que son indispensable cuando, realmente, sabemos que no lo son", comparte Bermúdez.

Así, podemos aprovechar la propuesta del presupuesto para los chicos enseñándoles que, "para algunas cosas indispensables, a veces, hay que esperar y comprarlas cuando "se puede" y no cuando "se quiere", ya que, hay cosas que son prioritarias", añade.

Destaquemos que esto permite trabajar fuertemente en los buenos hábitos de consumo y en darle al dinero su valor real.

No olvidemos que "el dinero llega luego de un esfuerzo. Debemos trabajar para dar con él, por lo tanto, los chicos tienen que tener bien claro esto y, los papás, deben explicarlo para que entiendan que implica un esfuerzo y, por lo tanto, hay que cuidarlo", dice Giménez.

Y, como enseñanza principal, esta estrategia permite reforzar otros conceptos como la perseverancia, el trazar objetivos y trabajar para conseguirlos, el compañerismo. Además, combate la ansiedad, "ya que esta idea, apunta en el saber esperar para conseguir algo. Y, entender que ese algo se logra luego de esforzarse y ser constante", amplía Fernández.

Para cerrar con la idea, las profesionales comparten que, más allá de poner sobre la mesa familiar esta temática, llegado el momento de poner en práctica la entrega de dinero, debemos tener en cuenta que "tenemos que acompañar al niño, pero no decirle en qué gastar. Eso es algo que le pertenece. Solo podemos orientar para que el gasto que haga no sea en vano", rescata Bermúdez.

En la misma sintonía, Giménez apuesta a potenciar "el uso con responsabilidad, para que no lo malgaste, sino que le saque provecho. Y si, llegara a hacer un mal uso del dinero, no regañarlo, sino, hablar al respecto", una especie de "moraleja", para que no vuelva a ocurrir.

Para finalizar, Fernández, enfatiza la idea de "enseñar al pequeño que las cosas materiales son superfluas, lo que vale es lo bueno de las cosas simples.

De esta manera, el niño le tomará más valor a salir a caminar, jugar con otros niños y no estar pensado en el dinero y en qué gastarlo", cierra la profesional.

Sea como sea que decidamos encarar la situación, es importante enseñarle a los chicos que el dinero es la herramienta que todos utilizamos para intercambiar bienes y servicios, se gana a través del trabajo y, como esto implica un esfuerzo, es conveniente usarlo con responsabilidad.

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