¿En qué consiste una materialidad sustentable?

En esta entrega de arquitectura sustentable, conocemos y analizamos los conceptos de impacto ambiental y vida útil.

Por arquitecta Florencia Oña

Una obra de arquitectura sustentable es aquella que minimiza el impacto ambiental en la vida útil de la misma. Esta definición propone un entendimiento un poco más profundo sobre el tema: el concepto de impacto ambiental y el de vida útil.

El arquitecto colombiano Simón Vélez, propo­ne hacer una arquitectura un poco más vegeta­riana, con menos concreto: “Hay que tener una dieta equilibrada entre minerales y vegetales, ya estamos demasiado mineralizados en la ar­quitectura”.

El arquitecto incorpora el bambú como ele­mento principal de construcción, en un clima tropical, donde hay frecuentes lluvias constru­ye grandes cubiertas. Inspirado por la arquitec­tura indígena, con la incorporación de materia­les tradicionales. Obras cuya investigación ar­quitectónica se centra en la solución estructu­ral; con la utilización de la planta nativa de los bosques colombianos, de crecimiento rápido y de gran resistencia.

Una obra de arquitectura sustentable es aque­lla que minimiza el impacto ambiental en la vida útil de la misma. Esta definición propone un entendimiento un poco más profundo so­bre el tema: el concepto de impacto ambiental y el de vida útil. El impacto ambiental propone

reducir el impacto que pueda producir una obra sobre su entorno inmediato o medio ambiente. El impacto de una obra chica puede no ser de gran relevancia, pero la suma de grandes canti­dades de edificios, los cuales se producen en el mundo si pueden impactar en gran medida. De un modo un poco abstracto, toda acción impac­ta y las propuestas conceptuales arquitectóni­cas se expanden. Por este motivo el arquitecto construye conceptos, hace cultura y moldea modos de habitar.

La definición de vida útil comprende un periodo de tiempo determinado, desde la gestión crea­dora de la obra por parte del arquitecto hasta que esta desaparece. Proceso el cual contempla el concebir, proyectar, construir, habitar, demo­ler y eventualmente reciclar.

En este contexto la elección de un determina­do material implica un impacto ambiental y un consumo de energía determinado. Cualquier material de construcción necesita energía para ser extraído de la naturaleza, desarrollarlo y lle­varlo al sitio de construcción.

Algunos materiales muestran un valor rela­tivamente bajo a nivel de consumo de ener­gía, mientras otros, como el ladrillo cerámico, muestran valores más altos. Determinados materiales además pueden resultar tóxicos. Esto determina que una construcción puede requerir mayor consumo energético en su con­cepción que la necesaria para mantenerse en el transcurso de la totalidad de su vida útil.

De este modo es importante la incorporación de materiales que requieran un mínimo consu­mo energético para su elaboración, estén libres de sustancias toxicas, posean cualidades de du­rabilidad y escaso mantenimiento, tengan buen comportamiento estructural, térmico y buen acabado.

EL ARQUITECTO CONSTRUYE CONCEPTOS, HACE CULTURA Y MOLDEA MODOS DE HABITAR

Podemos lograr la construcción de un edificio con bajo contenido energético a través de la correcta toma de decisiones con respecto a la elección de materiales a ser incorporados, el entendimiento de las condiciones del sitio y la aplicación de un diseño bioclimático.

Las construcciones en tierra están ganando re­levancia actualmente. Es un material inocuo y reciclable. De acceso fácil y abundante, no lle­va asociado otros problemas como la defores­tación o extracción de minerales. Este tipo de construcción presenta la capacidad de almace­nar calor y entregarlo posteriormente al exte­rior. Siendo capaz de lograr un cierto equilibrio en las oscilaciones de temperatura extremas. Este material presenta propiedades acústicas.

Dentro de las obras de arquitectura contempo­ránea en tierra podemos nombrar el proyecto de Herzog & de Meuron en Suiza. Con la pre­misa de construir un edificio respetuoso con el medio ambiente, con una técnica innovadora. En un edificio de mas de 100m2 se propuso una construcción netamente en tierra. Se construye con tierra extraída del lugar y procesada en el sitio, logrando una optimización en los costos de producción por medio de bloques, los cua­les componen el cierre de la nave industrial.

EN EL CASO DE MENDOZA SON RECURRENTES LAS TRADICIONALES E HISTÓRICAS CONSTRUCCIONES EN ADOBE O TIERRA COMPACTADA, LAS CUALES CORRESPONDES A LOS REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS LOCALES

La madera se presenta como otra alternativa material sustentable, si su procedencia es de bosques autorizados renovables. Los diferen­tes materiales nombrados considerados sus­tentables deben considerarse de a cuerdo a la disponibilidad en el sitio donde estos se imple­menten. En este sentido la arquitectura local tradicional nos puede dar ciertas pautas.

El caso de las construcciones en bambú ante­riormente mencionadas en Colombia respon­den a una condición climática local y una dis­posición en abundancia del material. En el caso de Mendoza son recurrentes las tradicionales e históricas construcciones en adobe o tierra compactada, las cuales correspondes a los re­querimientos climáticos locales. En este caso  la inercia térmica o la capacidad de almacenar energía juega un rol importante. Relacionado directamente con la masa, densidad y el calor especifico de un determinado material.

Dentro del amplio campo de estudio de la ma­terialidad podemos encontrar ciertas gradacio­nes, condiciones particulares y elementos a ser considerados a la hora de proyectar. La mate­rialidad no es lo primordial a la hora de hacer un proyecto de arquitectura, pero es el campo donde el enriquecimiento puede desarrollarse y dotar al proyecto arquitectónico de un valor agregado.

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