La espera fue larga para los mendocinos y turistas que desde temprano colmaron las calles del microcentro y hasta ocuparon con varias horas de anticipación las mesas reservadas de los bares y restorantes de la avenida San Martín.
Algunos se mostraron ansiosos, pero a otros no les importó la hora de atraso para el comienzo de la Vía Blanca, ya que aprovecharon para buscar un lugar cómodo para ver a las reinas y el esplendor de los carros.
Además llevaron carteles de sus soberanas favoritas, el famoso canastito para atrapar frutas y regalos de las reinas y una que otra cosa para comer y pasar el rato.
Así, la Vía Blanca no empezó a las 21 como se anunció oficialmente, sino que los carros recién comenzaron a moverse 15 minutos después de las 22.
Luego, poco antes de finalizar la Vía Blanca se desató la lluvia. Sin embargo, la gente no se movió y siguió disfrutando del espectáculo.