‘Colectivando historias’: la poesía se sube al micro

Una quincena de escritores de Tunuyán y San Carlos forman Learte. Intervienen espacios públicos para generar ‘consumo’ de literatura.

‘Colectivando historias’: la poesía se sube al micro
‘Colectivando historias’: la poesía se sube al micro

Era el mismo recorrido que día tras día atraviesa parajes valletanos para conectar Tunuyán con Pareditas. Misma hora de salida en la terminal tunuyanina (14.45), igual unidad de la línea CATA, los pasajeros habituales del sábado y el abrasador sol de la siesta que golpea y adormila. El ronroneo del motor marcaba la monotonía de un viaje más, hasta que hizo señas en La Consulta y se trepó al colectivo con su valija repleta de magia... la poesía.

“Tengan pasajeros, tardes muy buenas para ustedes. Un puñado apenas, vengo a ofrecerles, apenas de palabras. Un goce literario vengo a ofrecerles, un conjunto de letras enlazadas que algo nos quieren decir. Este producto tiene grandes ventajas para la humanidad, solamente hay que abonar la suma de unos cuantos oídos abiertos...”, desafió a los sorprendidos viajeros un aparente ‘vendedor’.

Dicho esto, el hombre de boina abrió su enorme bolso negro y comenzó a repartir pequeños libros con poemas, mientras que sus ocasionales espectadores estiraban el brazo para recibirlos, entre curiosos y desconfiados. “¿Persona más?”, invitó a jugar el poeta y comunicador vistaflorino Mariano Ramírez.

‘Colectivando historias’ se lee en la portada del mini libro y adentro las imágenes de boletos se mezclan con versos sobre viajes, paisajes y aventuras. ‘Colectivando historias’ es también el nombre de este proyecto, con el cual el grupo Learte busca intervenir en sitios públicos, para generar espacios de compartida y ‘consumo’ de literatura.

No es la primera intervención urbana. Estos cerca de quince escritores de Tunuyán y San Carlos han realizado espectáculos literarios en cafés y escuelas, han traducido a video sus versos y acostumbran regalar poemas, “dejándolos olvidados” en las mesas de los bares, en consultorios médicos, etc.

“Gran parte de la población no tiene tiempo de ponerse a leer un libro. Si la gente no viene, vamos a donde está la gente”, se ríe Mariano. Learte nació hace dos años, motorizado por un grupo de escritores del Valle de Uco que buscan sondear de manera colectiva en la literatura, además de surcar sus propios caminos.

Con el tiempo, también empezaron a apuntar a la producción y difusión. “Se hace muy difícil editar, dar a conocer nuestros trabajos. Ésta es una manera de acercar la poesía de la región a posibles lectores”, argumentó Mariano respecto del proyecto, que está financiado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares.

Próxima parada

Magalí (22) sube en Tres Esquinas. No entiende lo que está pasando arriba del micro y, como un acto reflejo, se conecta a su celular. René Gatica toma la guitarra y comparte la versión musical de un poema que escribió inspirado en un verso de Marechal, en el que le busca nombre al dolor que significa la Patria. Magalí observa que un grupo de pasajeros presta atención, se deja ganar por la curiosidad y se saca los auriculares.

“Yo tengo unos versos para ofrecer”, grita Katia Tabarelli desde el fondo del colectivo. Entonces, tomando el pasillo como escenario, empieza a recitarlo. “Pensé que iba a ser un trámite, pero expresar algo tan mío públicamente no fue para nada fácil”, explicó la joven después de la experiencia.

Los Learte imaginaban que las reacciones de los pasajeros serían variopintas y así fue. Algunos siguieron con los ojos clavados en el paisaje. Otros miraban sin emitir gestos de aprobación ni de enojo. Sin embargo, hubo quienes grabaron la situación, saludaron contentos al bajar y hasta se animaron a ‘soplarle’ la letra de su propio verso al autor, cuyos nervios le juraron una mala pasada.

“¡Aplaudo esta idea, me encantó! Mi trabajo me obliga a andar en la calle todo el día y es la primera vez que me sorprende algo así. Se tendría que repetir en el centro de Mendoza”, opinó Pablo Tenconi, de la Cuarta Sección.

Recién llegado de Buenos Aires, Ezequiel Alexis Morales tomó el micro en Tunuyán, porque le habían recomendado conocer San Carlos. Iba a bajar en La Consulta, pero alguien del grupo le aconsejó “quedate y te vas a llevar una sorpresa”. “Ahora no me bajo hasta Pareditas. Esto está buenísimo y no me quiero perder los poemas que faltan”, dijo el porteño.

Para utilizar los paisajes, los trayectos y los habitués de ese micro como inspiración; los chicos de Learte habían hecho un viaje de prueba tiempo atrás. Así también pudieron cronometrar cada una de las intervenciones, que fueron obsequiando a lo largo del recorrido.

El resultado de la experiencia fue bueno y ellos han prometido volver a sorprender en cualquier momento. “Quizá sea en un viaje hacia el Manzano Histórico, así terminamos la aventura literaria con un buen asado”, comentaron entre risas los poetas valletanos.

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