Mayoristas de ropa les compiten a los persas

Son locales similares. Venden más de 5 prendas por cliente. Precios hasta 300% más bajos que en comercios.

A los bajos precios de los comercios chilenos, más el reciente renovado sistema de compras en el exterior puerta a puerta, a los comercios locales se les sumó un nuevo problema: el desembarco de una copia del barrio de Once porteño o “La Salada”.

En dos cuadras -por 9 de Julio entre Godoy Cruz y Eusebio Blanco- se concentran más de 20 mayoristas de indumentaria, para hombres, mujeres y niños.

Son sitios similares a los persas pero que venden al por mayor, generalmente a partir de 5 prendas por cliente. Por la misma dirección, Los Andes continuó el recorrido, y logró toparse con un “shopping” de mayoristas, donde dentro de ellos se aglutinan cerca de 15 negocios en cada uno.

Pantalones para niños a $ 20, conjuntos de jogging y buzo a $ 80 o remeras de algodón con estampas con los personajes favoritos de los niños a $ 60, son algunas de las prendas que llaman la atención por sus valores y calidad, y con notables diferencias con los precios de indumentaria de los persas, y claro, ni hablar con los del microcentro, en donde la diferencia de precios en algunos productos, como los pantalones de jean, puede llegar al 300%.

Es así como estas calles se van poblando cada vez más de personas que deciden realizar las compras en estos sitios, y la clase media opta por ir, comprar, comparar calidad y precios.

La dinámica de compra es la siguiente. En la mayoría de los sitios la compra mínima no es en valor sino por unidades. Exigen que en la primera compra la persona debe llevarse en total cinco prendas, sin importar el monto final.

Luego, una vez que ya hizo esta compra, le dan una tarjeta. Con ella el cliente puede volver y adquirir si se quiere una sola unidad, ya que supuestamente así se consigue ser “cliente mayorista”.

De este modo, es que se podría deducir que en una primera oportunidad para la persona significa realizar un desembolso más importante, pero luego ya no.

Eso sí, en todos los casos la compra es de contado y en ninguno de ellos te aceptan débito o tarjeta de crédito.

Esto se da, -según explicó Roberto de una de las casas mayoristas de ropa para niños, quien prefirió el anonimato-, porque ellos a la hora de ir a comprar la ropa también deben pagar de contado, por lo tanto necesitan del efectivo. Además contó que “las entidades bancarias, por un lado tardan en depositar el efectivo y por el otro, hay que asumir gastos que no se lo aguantarían los precios de la indumentaria que tenemos”.

Coincidió con esto Marianela -vendedora de un local de ropa para niños y adultos-. En cuanto al flujo de personas, mencionó que en los últimos meses ha visto cada vez más mujeres que antes. Sin embargo, dijo que durante el viernes y sábado la cantidad de personas es mayor y se incrementan a principio de mes.

En primera persona

Según mencionó Valentina (32), desde hace un tiempo a la fecha que compra la ropa de sus hijos y algunas prendas clásicas para ella y su marido o regalos. “Un día recorriendo calle General Paz, decidí seguir caminando hacia la calle Godoy Cruz y Barcala. Allí me encontré que había diversidad de negocios y a precios aún más accesibles que los clásicos persas”, explicó. Así fue que “hoy cada tanto va y compra un conjunto de prendas. “Por $ 500 me puedo llevar más de 10 prendas, como por ejemplo, 5 remeras y 5 pantalones”, comentó Valentina.

Igual es el caso de Daniela, quien dijo que recientemente sus amigas le recomendaron ir a estos locales, por los precios y calidad. “Me sorprendió. Me llevé hace un mes un buzo, lo he lavado varias veces y por más que se ha achicado un poco, tema que no me importó porque me recomendaron llevarme un talle más porque me aseguraron que esto me iba a pasar, la estampa y el algodón están intactos y mi hijo lo puede seguir usando”, detalló.

Lo mismo explicaron Fernanda y Agustín (38), que al principio se mostraron desconfiados. Sin embargo, “hicimos una pequeña compra para ver cómo nos iba. Comprobamos que la ropa era de buena calidad, algodón que no se estira o deforma. Los dibujos están intactos. Sobre todo para comprar ropa para los más chicos, que crecen muy rápido y no conviene comprar en otros sitios para lo que les dura la ropa”.

"La extensión de La Salada"

Adolfo Trípodi, presidente de la Federación Económica de Mendoza, consideró que “el comercio en la cuarta oeste ha crecido en grandes proporciones. Pero esto, no es más que oferta informal e ilegal mendocina que nosotros siempre estamos denunciando que se desplazó a esta zona”, remarcó el titular de la Cámara.

Según explicó, los negocios de este tipo se fueron expandiendo para esas zonas de la Ciudad, encontrando un público cautivo y más cercano, que lo que puede ser La Salada de Santa Rosa.

El empresario recordó que estos nuevos mayoristas no facturan, simplemente generan un ticket ficticio que no representa nada. Sólo es una cuenta en máquina que se lleva la persona por si necesita un cambio.

Cabe destacar que según cifras de CAME, en el país se comercializa en forma ilegal una suma de $ 5.000 millones mensuales. Esta última entidad realizó un relevamiento que detectó 570 saladitas diseminadas por el país, 81.032 puesteros (entre ferias y manteros). Se relevaron un total de 451 ciudades de la Argentina y en 115 de ellas se encontraron mercados tipo saladitas. Por lo tanto, “el Gobierno deja de recaudar grandes montos, que vendrían del 21% de IVA e Ingresos Brutos, impuestos que este tipo de negocios no paga”.

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