Para hacer Portezuelo, Macri pide garantizar el agua para La Pampa

El presidente de la Nación fue entrevistado por Los Andes a días de cumplir un año de gobierno. Reiteró su confianza en la economía.

Mauricio Macri está sentado en su escritorio, hablando por teléfono. Corta a los segundos y se levanta para saludar. Cuando habla queda en evidencia su disfonía pero, además, se expresa en voz baja y pausado.

Derrocha tranquilidad en un día en que los cortes complican el tránsito en parte de la Ciudad de Buenos Aires y desde el Congreso no llegan buenas noticias para el Gobierno sobre el proyecto de ley de Ganancias, con la oposición uniéndose.

Durante la charla en el despacho presidencial, con estilo sobrio salvo por dos réplicas de la Libertadores que le regaló la Conmebol, queda claro que él está esperando la recuperación económica como los 40 millones de argentinos, se esperanza con los pronósticos de los especialistas y niega ser un optimista exagerado.

Hoy estará en Mendoza para inaugurar la nueva pista del aeropuerto, que se destruyó y reconstruyó en tres meses, buscando dar sustento a su lema de que en su gestión empezará y terminará las obras. “Los mendocinos han sufrido sin aeropuerto”, dice a modo de introducción.

El sábado se cumple un año de la gestión macrista y por eso decidió dar entrevistas a los diarios del interior para explicar su visión y mostrar sus diferencias con el kirchnerismo.

En ese contexto recibió a Los Andes, junto a La Gaceta de Tucumán, El Liberal de Santiago del Estero y El Tribuno de Salta.

-¿Cuál de las metas que se había planteado no pudo cumplir en este primer año?

-(Piensa unos segundos) Digamos que estamos batallando para lograr algunas cosas de la macroeconomía, que terminen de acomodarse.

El eje nuestro pasaba por bajar la tensión, lograr una mejor convivencia y anduvo bien, más allá de que el peronismo-kirchnerismo sigue convencido de sus “aciertos” del pasado y no ha tenido autocrítica.

Salimos rápido del cepo y se solucionó lo de los holdouts; se mejoró el tipo de cambio, se liberó el motor más importante que tiene la Argentina, que es el campo. Después de un semestre se puso en marcha la obra pública, que empieza y termina, y que no está más ligada a escándalos de corrupción.

-El Gobierno ha generado una expectativa sobre la economía y parece que los mayores aciertos son políticos. Se preveía un Macri más metido en lo económico. ¿Lo ve así?

-La expectativa puede haber sido ésa y me hago cargo de lo que me corresponda. Pero la realidad es la magnitud del desajuste del país el 10 de diciembre.

Si no creemos que la Argentina estaba quebrada, que no crecía hacía cinco años, que se había quedado sin energía, que estaba en default, que había una deuda en cada armario que abrimos, entonces lo que pasó con la economía es algo imprevisto.

Ahora, si creemos en el diagnóstico que me reclamaron e hice el 1 de marzo, lo que pasó con lo economía era lo que iba a pasar, era inevitable, un proceso de reacomodamiento donde empiezan a verse, algunos meses más tarde de lo que creíamos, indicadores que vienen a confirmar lo que todos los economistas dicen, que es que el año que viene la Argentina vuelve a crecer después de seis años.

-¿Pero va a ser así? Porque parece que vienen corriendo la meta…

-No, yo nunca la corrí. Fui claro siempre en la misma línea. El segundo semestre baja drásticamente la inflación, ésa fui mi frase.

A partir de allí se construyó toda una cosa, que terminó en una fiesta en lo de Marcelo (Tinelli), que me pareció genial, divertido. Lo que yo dije es lo que cumplimos.

-Pero el gabinete sí planteó al segundo semestre como el del despegue.

-En el campo despegamos, en la energía despegamos, en la obra pública despegamos. Depende del lugar. Noviembre tuvo el consumo de asfalto más grande de los últimos 16 años. Los autos.

Podemos discutir más/menos 2 ó 3 por ciento, pero ya hay indicadores que comienzan a marcar que hay un comienzo. Insisto, es contrafáctico, pero si tuvimos que tomar más de ¡50 mil millones de dólares! para pagar toda esa deuda que nos habían dejado eso quiere decir que a los que venían esa plata no se la iban a prestar.

¿Y qué hubiera pasado? Hubiéramos explotado de vuelta. Debemos dimensionar eso, si no, es difícil explicar todo.

-En sus discursos, en los actos, se muestra muy optimista y está bien transmitir un poco de esperanza, pero a veces ¿no peca de exagerado?

-(Se ríe)¿ A ver? ¿Por qué?

-Esto de ir poniéndole fechas al crecimiento, por ejemplo. ¿Y si no llega? No sólo los argentinos están urgidos, el Gobierno lo necesita porque el año que viene es electoral.

-Yo pienso siempre primero en la gente, no en mí, ni en el Gobierno. Estoy convencido y aparte todos los economistas, propios y ajenos, dicen que vamos a crecer. La discusión es cuánto. Pero el desafío no es ése. El desafío es crecer 20 años seguidos.

Crecer ya hemos crecido y viene el serrucho. El serrucho nos liquidó. ¿Cuánta gente cayó de la clase media a la pobreza y cuánta de la pobreza a la indigencia? Lo que debemos entender es que si crecemos el año que viene 3% no podemos decir “ya está”.

Tenemos que hacer todavía reformas estructurales importantes, que un déficit fiscal como el que tenemos no es sostenible en el mediano plazo.

-Al margen del despegue, ¿qué le puede decir a la clase media? ¿Cuándo va a empezar a ver su propio despegue?

-Fue un año duro para muchos argentinos, para la industria, para el comercio. Soy consciente. Si hay algo que no he dejado de hacer es caminar el país. Toco timbre, hablo con la gente, la visito, la recibo acá.

Así que me hago cargo de lo que hemos tenido que recorrer y me duele en mi propio cuerpo. Ahora creo que estoy acá porque confío en cada argentino. Por eso les he propuesto vivir con la verdad.

Esto que hemos vivido con las pruebas Pisa, esta humillación de que el mundo te sancione, te baja la autoestima.

-Estamos en diciembre, un mes muy especial y con mucho morbo. ¿Tienen temor o piensan que está motorizado por un sector de la oposición?

-Siempre hay gente queriendo generar problemas, pero es una pequeñísima minoría. Si hay algo que valoro es la mejor convivencia que hemos logrado. Que alguien diga “esto está mal” y aceptemos y corrijamos.

Que nadie se crea el dueño de la verdad. Estos espacios de diálogo son lo que lleva a bajar la tensión.

-¿Cómo convence a los argentinos para apostar al largo plazo? Porque estamos acostumbrados a vivir en el corto plazo. Diciembre ya es un examen.

-Insisto, para mí diciembre es un mes como cualquier otro. Creo que se ha construido un mito porque 2001 fue traumático. Aparte, por naturaleza, es al revés: hay que volver a conectarse con que es un mes en el que recargamos afecto y energía para emprender el año.

El tema del largo plazo es parte central del cambio cultural. No podemos hacer todo pensando en mañana porque eso es lo que nos mató.

El populismo lleva a que no pensés en el futuro y lo hipotequés por un supuesto mejor presente. Entonces te quedás sin rutas, cloacas y energía.

-Va a estar en Mendoza para inaugurar el aeropuerto, una obra que debió hacer el gobierno anterior y no hizo.

-Otra deuda que nos dejó oculta.

-El aeropuerto está sobre la ruta a San Juan, para la que usted prometió la doble vía y en el Presupuesto no aparece con una asignación importante.

-¿La 40? ¿Pero si la anunciamos acá con Alfredo y Uñac?

-Sí, fue su primer anuncio como para Mendoza, pero figuraba con una asignación presupuestaria de sólo 19 millones de pesos.

Macri interrumpe la charla y pide a su secretaria, Anita, que ubique al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.

Al cabo de un minuto, la voz del funcionario se escucha a través del altavoz y explica: “Había presupuesto para la variante de la ruta 7 y el corredor del paso Cristo Redentor que lo vamos a financiar con el BID y esa plata va a la 40. La licitación, si no me equivoco, se publica en enero”.

“¿O sea que en junio o julio se adjudica y arranca?”, pregunta el Presidente. Del otro lado se escuchó un “exactamente” y fin de la conversación.

-La que sí tiene presupuesto es la presa Portezuelo del Viento.

-Es fundamental…

-Pero La Pampa se opone y usted va a tener que arbitrar.

-Sí, y bueno. Voy a arbitrar para que haya crecimiento y se respete el derecho de ambas provincias. Si se le asegura a La Pampa el agua que viene del Atuel… Porque parece que hay una historia, que los mendocinos no le han cumplido mucho a los pampeanos.

-Es que viene poca agua por ese río, es el más pobre de la provincia.

-Pero había que darle una parte y no se lo cumplieron. Entonces yo voy a ser garante de que se le cumpla y que esa obra, que le va a cambiar la vida a muchos mendocinos y también pampeanos, se haga.

-La eximición del impuesto a los espumantes se viene prorrogando…

-Es un debate.

-¿Van a impulsar la ley? Porque hasta se habla de un posible impuesto al vino.

-No, no, lo del vino no va a suceder. Pero sobre los espumantes hay una discusión y sigue abierta.

Agenda de temas y conceptos

Condonación de deudas de las distribuidoras eléctricas con Cammesa.

"No hay condonación. Hay una facultad que se dio al Poder Ejecutivo para revisar caso por caso para detectar si hay algunos, que son los menos, que quisieron aumentar y la Nación no los dejó, pero no para aquellos que nunca intentaron aumentar o aumentaron y no pagaron. Son pocos casos".
 
La reforma electoral

"Hay 20 gobernadores que apoyaron esa reforma y, el Presidente, sorprendidos de que cuatro gobernadores y un senador la hayan pisado, pero creo que no la van a poder parar, porque los argentinos hemos decidido que queremos un compromiso con la verdad y la transparencia, y el otro sistema solamente busca generar trampas". 
 
El apoyo a su gobierno

"El ciudadano argentino entendió que vivimos una mentira de más de una década, que hipotecó nuestro presente y nuestro futuro, y que salimos con el esfuerzo de cada uno. Solamente de deudas no registradas este año hemos pagado más de 50 mil millones de pesos".
 
Energía "intratable"

"Nunca más la energía debe ser el debate de Intratables. Este año he visto tipos que nunca en su vida han hicieron otra cosa que prender y apagar la luz ¡opinando sobre energía!, que es complicadísimo".
 
El cambio
"Lo que nosotros planteamos no es un cambio económico sino cultural".

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