“No quiero plata, quiero que vayan presos”

La joven de 18 años que denunció ser abusada por 3 guardiacárceles cuenta lo que dijo en el expediente. Dice que no le interesa sacarle plata a nadie y que lo va a demostrar. El caso está en plena investigación y los acusados están comprometidos (y libres

La chica que denunció a tres penitenciarios de abuso sexual tiene 18 años pero parece un poco menor. Trabaja, vive en Las Heras y se expresa correctamente; es entonces cuando parece un poco más grande.

Su relato -como sospechan en la Justicia- es creíble. Asegura que le dieron algo en una bebida en una disco que le hizo perder el conocimiento. Y que luego dos agentes la violaron en la parte trasera de un auto que estaba en movimiento y era manejado por un tercer guardiacárcel que no hizo nada para impedir el hecho. El caso está bajo secreto de sumario y ya ha pasado por las manos de tres fiscales.

Para este artículo -por cuestiones legales- su nombre será Marta.

"El sábado 9 de julio pasado fuimos con mi tía, que tiene mi misma edad, a la casa de Denis Beltrán, un agente penitenciario, para después ir a bailar. Yo lo conocía a él pero no a sus amigos, que llegaron a su departamento de calle Salta de Ciudad un poco más tarde. Con mi tía llegamos solas desde Las Heras en micro. Íbamos a ir a bailar, pero antes hicimos la previa. Yo tomé speed con vodka, dos vasos, y recuerdo al dueño de casa que sacó pastillas del baño y se llevó dos con él. Denis (el dueño de casa) y Germán Romero hablaban en código entre ellos acerca de las pastillas, pero no le di importancia. Nos fuimos en un VW Gol que es del otro penitenciario, Pablo Campos. Cuando llegamos a la disco El Santo había una cola enorme. Pero Denis mostró una credencial y los cinco entramos directamente. Adentro bailamos en grupo y en un momento, más tarde, Denis me trajo un trago que tenía melón. Después de beber eso me descompuse y perdí el conocimiento. Eso me lo dijo después mi tía, que es la que me relató todo al otro día porque yo estaba como desmayada. Me llevaron al auto para que nos fuéramos porque era tarde, casi las 5".

De acuerdo con la denuncia, en ese viaje desde el boliche El Santo de Rodeo del Medio hasta Mendoza se produjo -o se habría producido- el abuso. La tía de Marta viajaba adelante con el dueño del Gol (Campos) y declaró que vio a Denis Beltrán y a Germán Romero con los pantalones bajos y a su sobrina inconsciente desnuda de la cintura para abajo; todo en la parte trasera del auto, que se movía en penumbras entre risas y gemidos de los dos hombres.

"Mi tía discutió con Pablo y le pidió que parara el auto y que interviniera, pero él le contestó que no hiciera escándalo, que no pasaba nada. Me contó después que tuvo miedo de que la violaran a ella".

El dueño del auto llegó a la casa de Denis y dejó a sus dos colegas allí. La tía de Marta se acercó hasta la parte de atrás del auto y se dio cuenta de que su sobrina estaba sin bombacha, prenda que desapareció.

"Llevanos a la casa de ella, es la hija de mi hermana", le pidió. Eso hizo Pablo y llevó a Marta, todavía inconsciente, y a su tía a Las Heras.

"Tengo que luchar por lo que me hicieron y también porque me crean."

Sangre en la cintura

La mañana del domingo 10 de julio, Marta durmió profundamente. Su madre la despertó a las 12 y ella se dio cuenta de que le faltaba la bombacha, y descubrió que tenía sangre todavía fresca en su cintura y que le dolían sus partes íntimas. "Lo primero que me salió fue bañarme".

A la tarde, la tía de Marta habló con su hermana y le dijo: "Perdoname, creo que la violaron".

"El domingo a la noche hice la denuncia en la seccional 36 de Las Heras. Me llevaron al Cuerpo Médico Forense, me dieron el kit del abuso sexual en el Lagomaggiore, me llevaron con psicólogos, con infectólogos", rememora la joven en su casa.

"El lunes, una chica llamada Valentina, que apenas conozco, me llamó y me dijo que lo hacía de parte de Denis Beltrán, que quería hablar conmigo. Quedé en juntarme con ella en la plaza Independencia y lo conté en la Fiscalía. Entonces había dos policías camuflados de civil que me vigilaban mientras hablaba con Valentina, la misma fiscalía los había enviado. En la reunión Valentina me contó que Denis tenía 50 mil pesos para que sacara o modificara la denuncia en su contra, de esos 50 mil, 40 eran para mí y 10 para ella por convencerme. Le contesté que no quería plata. Y además grabé la conversación con mi celular: los policías sabían que yo iba a grabar todo".

A todo esto, la denuncia de la fiscalía de Las Heras pasó a la de Rodeo del Medio, ya que allí habría ocurrido el supuesto abuso. Llamaron a declarar a la tía de Marta y contó aquel viaje de El Santo a la casa. Allí al expediente lo caratularon "Abuso sexual con acceso carnal" y mandaron a secuestrar el VW de Campos. Luego, la fiscal Mariana Pedot envió el caso a Delitos Complejos.

Otro llamado

"El miércoles a la mañana Valentina me volvió a llamar para que nos juntáramos de nuevo al día siguiente. Me dijo que esa vez Denis iba a estar con su abogado. Nos juntamos en el mismo lugar y a la misma hora: plaza Independencia al mediodía. Pero Denis no fue. Otra vez estaban los dos policías de civil porque volví a contar todo en la fiscalía, donde sabían cada paso que daba. Allí, Denis llamó al celular de Valentina y ella me lo pasó. Lo agarré y lo puse en altavoz pero debajo coloqué mi celular para que grabara la conversación".

Y escuchó la voz de Denis: "Vos vas a tener lo que querés, la plata, pero cambiá la denuncia, vos y yo sabemos lo que pasó". Marta dice que lo insultó y que le recordó que la habían violado. Denis respondió: "Estuviste conmigo y después te dormiste; apenas fue un transe y un manoseo. No le cagués la vida a nadie". Marta contestó otra vez: "Ustedes me hicieron eso sin mi consentimiento".

El celular de Marta con las conversaciones grabadas quedó en manos de los investigadores. "Están las conversaciones, las capturas de pantalla. Al otro día fui a la fiscalía de Rodeo del Medio y amplié mi denuncia, que se adjuntó a lo que ya hay en el expediente".

El caso hoy está sin fiscal. Bancalari lo tomó unos días por la feria judicial pero es muy factible que esta semana pase a su colega Santiago Garay. Todos están a la espera de los resultados de las pericias y de momento las actuaciones están bajo secreto de sumario.

Lo que viene

La abogada de la chica denunciante, Lorena Navascues, contó a este diario que en la parte trasera del auto del penitenciario Pablo Campos "hallaron restos de semen y de sangre; hay que hacer el ADN con los sospechosos, pero eso no ha ocurrido todavía".

Los tres penitenciarios han sido apartados de sus cargos mientras dure la pesquisa; uno de ellos va a ser padre dentro de poco. No han sido llamados a declarar.

"En mi caso dudan de mí porque no fui violada con violencia. Fui abusada después de que me dieran algo para terminar como terminé. Sé que hay muchos casos como el mío y me cuesta declarar porque da la impresión de que no me creen en la Justicia. Pero mi prueba de que no hago esto por plata es que no quiero plata. Quiero que vayan presos y que sirva para que se sepa que ningún hombre puede abusar de una mujer y creer que no le va a pasar nada".

Los acusados, amén de haber sido separados del Servicio Penitenciario, están sumariados por la Inspección General de Seguridad. Se encuentran libres. Y con bastante temor ya que el delito del que se los acusa se paga con prisión efectiva.

Los implicados

Los acusados trabajan en el Servicio Penitenciario. Se sabe que Denis Beltrán era subjefe en Almafuerte. Ahora los tres han sido separados de sus cargos por sus superiores y cobran menos de la mitad del sueldo. Beltrán y Romero están más complicados con el caso porque sobre ellos pesa el acto de la vejación.

El dueño del auto, Pablo Campos, pretende ser testigo pero es factible que lo imputen como partícipe. La Inspección General de Seguridad también ha iniciado un sumario en contra de los tres.

"La Justicia tendrá la última palabra, pero estos tres penitenciarios ya están viviendo un escarnio por el tema", dijo una fuente carcelaria a este diario. Los tres están con abogados y siguen libres.

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