Día del trabajador: historias de tres mendocinos que lo honrarán en acción

En tiempos de crisis y desempleo, tener trabajo y combinarlo con vocación y pasión, resulta todo un privilegio. Esas son, precisamente, las historias de estos tres trabajadores.

Día del Trabajador
Pequeñas historias de mendocinos que incluso trabajan el feriado 1 de mayo.
Maria Altamira, Medica Endocrinóloga 

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Día del Trabajador Pequeñas historias de mendocinos que incluso trabajan el feriado 1 de mayo. Maria Altamira, Medica Endocrinóloga Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Para celebrar el primero de mayo, día del trabajador, tres mendocinos cuentan sobre sus profesiones u oficios, de esas que no tienen días libres o feriados.

María Altamira (médica): “La medicina es esencial cualquier día del año”

En los 10 años que lleva como médica clínica y endocrinóloga, la doctora María Altamira, de 34 años, pasó varios trabajando un 1 de mayo como cualquier jornada común y corriente.

Porque la vocación no se toma descanso y menos cuando de una urgencia se trata: María realiza guardias en el Hospital Central y, además, atiende consultorio en el Paroissien y también de manera privada.

“Si es un día que por casualidad me toca libre lo tomo como una recompensa, un descanso, pero ciertos servicios son esenciales, no pueden faltar, y uno de ellos es la salud”, comenta, en diálogo con Los Andes, esta especialista de 34 años, soltera y sin hijos.

“Menos aún –cerró– si se trata de una emergencia”.

De todos modos, María no lo niega: alguna celebración en el office de médicos, siempre suele organizarse.

“Entre compañeros se pasa rápido y, además, como son días feriados no hay tanto movimiento y, por ende, menos consultas y urgencias”, relata.

El trabajo ocupa gran parte de su vida, según dice, por eso suele aprovechar al máximo los ratos libres.

Agrega: “Uno es médico siempre, porque implica vocación de servicio. Por eso suelo dejarles mi correo electrónico a los pacientes como forma de que sientan que estoy frente a cualquier situación”.

No siempre es fácil desengancharse del trabajo, pero también creo que hay que respetar el tiempo libre. Por eso si me desconecto, igual reviso mensajes y correos”, señala.

Día del Trabajador
Pequeñas historias de mendocinos que incluso trabajan el feriado 1 de mayo.
Subcomisario de la Policia de Mendoza, Cristian Moyano.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Día del Trabajador Pequeñas historias de mendocinos que incluso trabajan el feriado 1 de mayo. Subcomisario de la Policia de Mendoza, Cristian Moyano. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Cristian Moyano (subcomisario): “El domingo es un día más”

Si bien la subcomisaría de la Legislatura, donde Cristian Moyano fue destinado hace un tiempo, no es foco de grandes denuncias por su ubicación, en pleno centro, este domingo 1 de mayo el trabajo será arduo para él y su equipo.

“Ese día se realiza el acto de apertura de sesiones y estarán en en el recinto las máximas autoridades provinciales, además de mucho público”, aclara. De todos modos, este efectivo de 40 años, lleva la mitad de su vida en la fuerza policial y asegura que disfruta su tarea.

“Haremos un desayuno interno para que la fecha no pase desapercibida, pero en general los policías tomamos el turno y trabajamos como cualquier día”, advierte.

Cristian se desempeña como policía por vocación y elección. Con los años su actividad cada vez lo atrapó más y hoy llegó al rango de subcomisario.

No recibimos ningún ingreso extra por trabajar domingos o feriados, como sucede en la actividad privada. Nosotros, en general, sabemos las reglas de juego y las aceptamos”, concluye.

Alfredor Poroyán, chofer de remis
Alfredor Poroyán, chofer de remis

Alfredo Poroyán (remisero): “El remise nunca descansa”

A Alfredo Poroyán le dicen Freddy, vive en La Paz y su remise no descansa jamás.

Nacido y criado en ese departamento, se ganó la confianza de todos sus habitantes por su carisma y su poder de escucha. Hace 10 años empezó con algunos viajes en la propia localidad y poco a poco se fue expandiendo.

Hoy tiene clientela fija y sus viajes exceden La Paz: lleva y trae pasajeros a Mendoza, por trámites, visitas a enfermos en hospitales o tratamientos médicos. También suele ir a San Luis y Córdoba.

“Esto es un mundo y me convertí en psicólogo. Cada viaje es una historia distinta y un desahogo para el pasajero. Me encanta lo que hago aunque a veces los relatos no son del todo positivos”, se sincera.

Muchísima gente lo contacta para viajar y a Freddy no le importa si es domingo o miércoles.

“Durante kilómetros vamos conversando y suelo quedarme esperando en las ciudades. Muchos van por trámites; otros por temas delicados, pero lo más lindo es cuando alguien recibe el alta. Vivo momentos de alegría y también algunos de tristeza”, relata.

“Eso sí, siempre trato de brindar una palabra de aliento y lo digo de verdad. Traslado a muchas personas a hospitales y creo que la medicina avanzó muchísimo. Todo tiene solución”, se convence.

Freddy es un trabajador feliz. “¡Claro! –se entusiasma– cómo no estarlo si tengo trabajo y amo lo que hago”.

Pero Freddy no se quedó solo con el remise: también es activo dirigente del flamante cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Paz. Y dice que tiene mucho para dar.

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