Es hora de leer

Nunca fue tan esencial poseer altos niveles de alfabetización como hoy. La lectura es la llave maestra que abre las puertas al mundo.

El proyecto busca incentivar a la lectura. Foto: Gentileza
El proyecto busca incentivar a la lectura. Foto: Gentileza

En el siglo XXI, la palabra escrita domina el mundo. Mensajes de texto, posteos en redes, correos electrónicos, el celular en nuestras manos, la web entera, dominan nuestro día. Y la palabra circula en todos ellos. Somos ciudadanos de las redes al tiempo que ciudadanos del mundo. Nunca fue tan esencial poseer altos niveles de alfabetización como hoy. La lectura es la llave maestra que abre las puertas al mundo. Quien no posee hoy altos niveles de alfabetización, no puede ser un ciudadano activo, responsable, capaz de estar inserto en la sociedad y contribuir con ella, cuidando no solo de su propio sustento, sino, también, del bien común. La lectura nos permite una vida más plena, íntegra. La investigación ha demostrado que la lectura está relacionada con mejores niveles de salud y bienestar.

Sin embargo, en nuestro país, cada día hay más chicos y chicas que no comprenden lo que leen. Las últimas evaluaciones PISA establecen que el 50 por ciento de los jóvenes que egresan del secundario no entiende lo que lee. Evaluaciones locales, como Aprender, nos ayudan a comprender más este problema. El 48 por ciento de los chicos que asisten a tercer grado de la escuela primaria, tampoco comprenden.

Muchos podrán pensar que la tecnología es la fuente de todos los males. Que los chicos pasan demasiado tiempo frente a la pantalla. Desde Fundación Leer, sabemos que esta no es la causa. La tecnología es nuestra aliada. En ella los chicos leen todo el día. La responsabilidad, como siempre, es de los adultos. Es nuestra obligación acercar a los chicos a la lectura. A los libros se llega de la mano de los adultos. A través del cuento todas las noches, del tiempo de calidad compartido, de las conversaciones, de la palabra. Las vivencias en el hogar, inclusive antes de que los chicos lleguen a la escuela son andamios esenciales del futuro que los estamos ayudando a construir. La desigualdad de oportunidad empieza aquí y es desde la escuela, en donde intentamos subsanarlas.

En el siglo XXI, la tecnología y la inteligencia artificial nos interpelan. Ellas acabarán con varios de los puestos de trabajo que hasta hoy solo requerían de un secundario completo. Y esto no hace más que agrandar el desafío que tenemos por delante. Hoy un secundario completo no alcanza. Los niños y las niñas deben lograr los niveles de alfabetización necesarios para continuar en la escuela y seguir estudiando. Y sin lectura, sin comprensión lectora, esto no es posible. Ortega y Gasset lo ha dicho: “Argentinos, a las cosas”. Es el momento de actuar. La responsabilidad de una sociedad alfabetizada es de todos. Solo trabajando de forma articulada escuela, familia, estado, empresas y organizaciones de la sociedad civil podremos ofrecer a nuestros chicos aquello que merecen: la oportunidad de soñar con el futuro. De nosotros depende.

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